Letizia, libre de pecado: la Iglesia se deshace en elogios con ella

El pasado 19 de junio fue un día muy significativo para la familia real. No solo se cumplían cinco años desde la coronación del rey Felipe, sino que los Reyes quisieron que sus hijas les acompañaran en la entrega de las Medallas de la Orden del Mérito Civil. Un acto que se celebró en el Palacio Real y que tuvo a una de sus grandes protagonistas en Clotilde, una anciana de 107 años que aún ejerce como voluntaria para Cáritas. Pero hubo otros 40 galardonados. Entre ellos, sor Mónica, una religiosa madrileña que dedica su vida a ayudar a los demás.

Desde hace siete años, sor Mónica vive en Haití, donde se fue con intención de echar una mano a los afectados por el terremoto que había sacudido al país en 2010. Su base de operaciones es Cité Soleil, uno de los barrios más peligrosos y pobres de toda América. Precisamente, uno de los lugares que visitó la reina Letizia el año pasado, durante su viaje de cooperación a Haití y República Dominicana. En una entrevista a la web religiosa 'Vida Nueva', sor Mónica ha contado no solo lo que sintió al recibir la Medalla al Mérito Civil, sino también cómo fue su encuentro con Letizia en ese viaje de cooperación, donde la Reina pudo comprobar de primera mano el trabajo que hace la congregación a la que pertenece esta religiosa.

"Estuvo conociendo la realidad, hablando con algunas de las madres de los niños con malnutrición a los que atendemos, con los profesores de la escuela de primaria, con los alumnos. Esto le permitió conocer más de cerca la realidad concreta. Y vio cómo intentamos con nuestros medios colaborar para mejorar un poco la vida de la gente, el futuro del país, a través de la educación de niños y jóvenes. La Reina es una mujer muy sencilla, atenta y sensible a la realidad de los pobres, fue una experiencia muy bonita poder compartir con ella nuestra tarea".

Pero no es la primera vez que Letizia tiene contacto directo con religiosas, dejando en ellas muy buena impresión. El pasado abril, la Reina fue la encargada de la inauguración de la nueva exposición de Las Edades del Hombre, en la localidad burgalesa de Lerma. Y nada más terminar, quiso acercarse al convento de San Blas para conocer a las hermanas dominicas, quienes semanas antes habían solicitado un encuentro con ella, pensando que sería imposible. Ellas mismas fueron las que contaron cómo había sido la visita de Letizia al monasterio a través de sus redes sociales: "Pasó a saludarnos a cada una, te miraba a los ojos, nos preguntaba cómo estábamos, nos dio las gracias por escribir desde el amor y ayudar a tantas personas... Nos encontramos con una persona con corazón, sencilla y cercana".

Así pues, hay una palabra que se repite en ambos testimonios: sencilla, la que parece ser una de las cualidades que más impresiona de la Reina cuando de distancias cortas se trata. Mucho se ha hablado de sus convicciones religiosas desde que se anunciara su compromiso con el entonces príncipe Felipe. Y aunque muchos apuntaban que era atea cuando llegó a la Casa Real, parece que Letizia ha encontrado en los miembros de la Iglesia católica a sus más fieles admiradores.