Meghan marca distancia con Kate: en Wimbledon con amigas, dos días después

Hace ahora un año, Meghan Markle y Kate Middleton aparecían juntas en el partido que Serena Williams disputaba en Wimbledon. Se mostraban cercanas, divertidas y cómplices, haciendo ver que su relación era estrecha y muy buena. Pero poco a poco, los medios fueron haciéndose eco de que las cosas entre ellas no iban tan bien como parecía, dando información sobre varios desencuentros de las cuñadas. Y esta semana hemos podido comprobar, en el mismo escenario de hace un año, que queda muy poco de la relación que un día tuvieron.

Con el torneo de tenis celebrándose en suelo londinense, muchos se preguntaban si volveríamos a ver la imagen de las dos duquesas juntas. Pero la aparición de Kate este martes en Wimbledon para ver el partido entre Harriet Dart y la estadounidense Christina McHale hacía que saliéramos de dudas: no iba a ver aparición conjunta. Y la distancia entre ellas se marcaba definitvamente este jueves, cuando ha sido Meghan la que ha aparecido en el recinto para -cómo no- presenciar el partido que disputaba su gran amiga Serena Williams. La tenista ha sonado fuerte como una de las madrinas de bautizo del pequeño Archie, pero ha ganado el encuentro, por lo que tiene que volver a jugar el sábado, lo que hace muy difícil su asistencia al acontecimiento familiar, del que apenas se han dado detalles.

La duquesa de Sussex ha estado acompañada de dos amigas, Lindsay Roth y Genevieve Hills. Ambas son íntimas de Meghan, una desde que estudiaran juntas en la universidad; la otra fue la encargada, junto a Serena Williams, de organizar la polémica baby shower de Nueva York. Y el hecho de que las dos sean estadounidenses y se encuentren en Reino Unido es, para muchos medios, una pista de que asistirán al bautizo de Archie y que incluso podrían ser dos de sus madrinas. Desgraciadamente, Buckingham ya ha avisado de que la identidad de todos los padrinos quedará en secreto, por lo que no se podrá confirmar ninguna de las muchas especulaciones que se han hecho hasta ahora sobre el esperado acontecimiento.

Para su cuarta aparición pública tras ser madre -tercera separada de su hijo-, Meghan ha vuelto a optar por el blanco y el negro, los colores por los que ha apostado en sus últimas apariciones. La novedad es que la hemos visto por primera vez con vaqueros, algo muy habitual en su vestuario A. A. (antes de Archie), pero que muchas veces se convierte en todo un triunfo para muchas mujeres que acaban de dar a luz. Y sin duda, lo que más ha llamado la atención del look ha sido su collar, una discreta gargantilla dorada con una pequeña A, la inicial del nombre de su hijo.