Meghan y Harry: avalancha de curiosos ante el hermetismo y muchas críticas
Varios expertos reales están apuntando al hecho de que los Sussex están jugando con fuego al mostrarse tan extrictos con su intimidad. Podrían estar decepcionando a sus fans.
Si Meghan y Harry pretendían vivir un bautizo tranquilo y sin complicaciones, basta que se empeñen en generar hermetismo alrededor de su pequeño Archie, para que aumente la expectación. Esto es exactamente lo que está ocurriendo en los alrededores del castillo de Windsor.
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Miles de personas ya se han congregado en un intento de poder ver, a pesar de las medidas que los Sussex han tomado en torno a la privacidad e Archie, a los felices padres, al pequeño y al resto de invitados a la ceremonia baustismal.
Bandas de música, globos, carteles, tartas, banderas... las calles de la ciudad de Windsor son una auténtica fiesta que resuena, todo hay que decirlo, en medio de voces críticas que también se han alzado desde que se conocieron las intenciones de Harry y Meghan por preservar la privacidad del acto en todo momento.
Varios expertos reales están apuntando al hecho de que los Sussex están jugando con fuego al mostrarse tan estrictos con su intimidad. Aseguran que podrían estar decepcionando a sus fans, las personas que más cariño les muestran. Son muchos los ciudadanos que no comprenden que su dinero vaya destinado a la realeza y que luego esta no se muestre abierta a ellos, en especial en el caso de Meghan y Harry, que hace pocos días recibieron fuertes críticas por el gasto realizado en la reforma de su casa.
De momento, los medios han captado la llegada de los duques de Cambridge. Lo han hecho de manera discreta, por la parte trasera del castillo. El príncipe Guillermo lucía gafas de sol dentro del vehículo que ha entrado al recinto del castillo de Windsor y en el que viajaba de copiloto Kate Middleton.
Medios británicos apuntan a que Carlos de Inglaterra y Camilla han llegado en helicóptero hasta el lugar.
Los curiosos se han quedado con las ganas de ver a los invitados llegar y seguramente no les verán salir. Tampoco los Sussex han querido que se conozcan los nombres de los padrinos del bautizo, otro hecho que ha enfurecido a sus seguidores.
A pesar de que se cree que hay pocas posibilidades de que los miembros de la realeza realicen una aparición, los fanáticos todavía se agolpan en las calles con la esperanza de vislumbrar al bebé Archie.