La reina Isabel II y Kate Middleton, juntas a misa sin niños ni Meghan

La reina Isabel II acudió ayer a la misa dominical de la iglesia de Crathie Kirk, cerca del castillo de Balmoral, acompañada de los duques de Cambridge. En el templo les esperaban el príncipe Carlos y su esposa Camilla, al igual que la princesa Ana con su esposo, Timothy Laurence.

Los duques de Cambridge, que llegaron el pasado jueves a Escocia con sus tres hijos en un sorprendente vuelo low cost, acompañaron en su elegante Bentley a la reina que lucía una gran sonrisa mientras hablaba con Kate Middleton en la parte de atrás y saludaba a los curiosos que encontraban a su paso. Mientras, el príncipe Guillermo iba delante, en el asiento del pasajero y luciendo también un feliz aspecto.

La reina Isabel II optó por un traje fucsia brillante, que contrastaba con el más sobrio estilo de la duquesa de Cambridge, que lució unos pendientes de la marca británica Asprey; dos piezas de oro y diamantes con un precio estimado en unos 5.500 euros.

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La ausencia más notoria en Balmoral fue la de los duques de Sussex: Meghan Markle, el príncipe Harry y su hijo Archie. Estos se excusaron alegando tener compromisos en Londres, en medio de las críticas tras la polémica que han protagonizado al tomar cuatro aviones privados en apenas diez días, ganándose el calificativo de 'hipócritas' al ser la lucha contra el cambio climático una de las causas que más defienden.

Balmoral, el privilegiado enclave escocés en el que la soberana británica aprovecha para desconectar de sus deberes, es una propiedad que está en manos de la familia desde 1852 y está más que preparado para recibir numerosos huéspedes simultáneamente. La propiedad, que según 'Business Insider' tiene un valor superior a los 150 millones de euros, dispone de 52 habitaciones y está rodeada de naturaleza, lo que les permite disfrutar de una gran intimidad.