Las 7 veces que Lady Di se convirtió en influencer (sin saberlo)

Este 31 de agosto es una fecha marcada en rojo en el calendario de los británicos. Se cumplen 22 años del fallecimiento de Diana de Gales, la eterna princesa que sigue siendo, a día de hoy, un icono de estilo. De su imagen más recatada y conservadora al conocerse su noviazgo con el príncipe Carlos a la 'femme fatale' que conocimos tras su separación. Todo lo que llevaba se convertía en tendencia. Con looks absolutamente icónicos, Lady Di fue, sin saberlo, la gran influencer de los 90, luciendo prendas y trucos estilísticos de los que fue pionera.

1. Su vestido de boda

Su enlace con el heredero al trono británico fue todo un acontecimiento mundial que encumbró a los diseñadores de su vestido, David y Elizabeth Emanuel. Ampuloso y recargado al máximo, supuso un antes y un después en la moda nupcial. Estaba formado por una gran falda y mangas abultadas, con volantes en el escote y una cola desmontable que medía más de 25 metros de largo. Para su confección se empleó tafetán de seda marfil y encaje antiguo y se bordaron lentejuelas y más de diez mil perlas.

2. La presentación de Guillermo

Corría el año 1982 cuando nació el primer hijo de la pareja, el príncipe Guillermo. El vestido que llevó la princesa Diana para presentar al futuro heredero a las puertas del hospital St. Mary será uno de los más recordados de su vestuario, no solo por lo emblemático del momento, sino por el estampado de lunares, que también se convirtió en tendencia y una de las más abundantes en su vestidor. Su nuera, Kate Middleton, le hizo un claro guiño al presentar a su primer hijo, el príncipe George, 31 años después.

3. Delineador azul

Fue una de sus 'marcas de la casa', un pequeño truco estilístico para acentuar aún más la profundidad de sus ojos azules. Sabía que era uno de sus puntos fuertes y solía dar todo el protagonismo a su mirada, con maquillajes muy naturales y pintando de azul la parte interior del párpado inferior. Un ligero toque de color en mejillas y labios hacían el resto.

4. Mezcla de colores

Diana fue especialista en combinar colores a priori imposibles. Uno de los looks más icónicos de este tipo es este conjunto en rojo y morado que lució en la India y con el que posó para aquella emblemática foto frente al Taj Mahal, y meses después en Ascot y Hong Kong y que nos vino a la memoria a principios de este año, cuando Meghan Markle dio protagonismo al rojo y al morado en su visita a Binkerhead con el príncipe Harry. La tendencia 'estrenada' por Diana fue elevada a las pasarelas años después por Gucci, convertida en el 'color block'.

5. Complementos masculinos

Diana fue una de las primeras que se atrevió a llevar una chaqueta con corbata, para una fiesta de cumpleaños, o un traje con pajarita negra, para una gala solidaria en la que tuvo ocasión de conocer a los miembros de The Who, que grabaron un disco en benefición de Prince of Wales Trust, una de las organizaciones benéficas fundadas por el príncipe Carlos de mayor envergadura.

6. El vestido de la venganza

No hay un vestido del armario de Diana del que se haya escrito más. Con la relación con el príncipe Carlos ya rota, su estilo más recatado fue desapareciendo para dejar al aire piernas, brazos, hombros y escote. Esta nueva etapa comenzó con el que se llamó el 'vestido de la venganza', ya que lo lució el mismo día en que se conoció la relación de Carlos con la que ahora es su mujer, Camilla Parker Bowles. Una prenda que ha supuesto uno de los mayores 'zascas' de la historia de la moda.

7. El 'camisón' (que no gustó)

Esta prenda supuso un antes y un después en el mundo de la moda, no solo porque era la primera vez que una persona tan vinculada a una familia real asistía a la gala del MET de Nueva York, sino también porque el vestido escogido por Diana fue todo un atrevimiento. Se trataba de un diseño lencero firmado por Galliano, por lo que la polémica estaba servida. De hecho, ha sido uno de sus estilismos más criticados. 'The Guardian' lo llamó 'camisón', mientras que el 'Daily Mail' criticó el hecho de que no llevara sujetador a pesar de su figura y su edad. Fue en 1996, pero hoy, 23 años después, la tendencia lencera sigue siendo un must.