Lo último de Meghan no convence: le llueven las críticas (y vuelven las sospechas de gafe)

Todo estaba preparado este jueves para el lanzamiento de la colección cápsula que Meghan Markle ha diseñado para ayudar a Smart Works, una organización benéfica que trabaja con mujeres sin recursos en búsqueda de empleo. Las webs de las tiendas en las que las prendas se iban a ofertar, listas para la venta; los seguidores de la duquesa de Sussex, atentos para comprar; y la azotea de la tienda John Lewis de Oxford Street, engalanada para la presentación a prensa, de la que cada detalle estaba estudiado, desde la ropa que lució Meghan, con prendas de la colección, hasta el discurso, tan bien memorizado que no le hicieron falta apuntes.

La expectación era máxima, dado que suponía la vuelta al trabajo institucional como duquesa de Sussex y, como todo lo que hace Meghan, su regreso ha sido examinado al milímetro por defensores y detractores. Y el resultado del examen es que esta vez la exactriz tampoco aprueba, a pesar de que se trata de un proyecto benéfico. Pero ni el proyecto en sí ni los diseños presentados han convencido a la mayoría, a pesar de que muchas de las prendas se han agotado ya, confirmando que el efecto Meghan existe y que el sobrenombre de Duches of Success -Duquesa del Éxito- tiene sus motivos.

La colección consta de solo cinco prendas: un bolso de cuero, un vestido -en tres colores, eso sí-, una camisa blanca firmada por su amiga Misha Nonoo, una americana negra y un pantalón recto. Y 'horrible' es solo alguno de los adjetivos que le han dedicado en redes sociales. La opinión general es que son prendas muy básicas para un precio tan elevado -la americana cuesta más de 200 euros, por ejemplo- y que se podría haber ayudado a la organización de otras muchas formas, no con una ropa tan cara que no se puede permitir la mayoría. Algunos también han criticado su exigüidad, poca originalidad y la sencillez de los diseños, después de tantos meses de trabajo. Incluso un internauta apunta que el nombre de la colección, 'The Smart Set', coincide con el que lanzó hace tiempo otra conocida tienda de Reino Unido.

Pero las críticas no han estado solo centradas en la ropa. Algunos detalles de la presentación a medios tampoco han convencido a la mayoría, especialmente el discurso pronunciado por Meghan. Muchos han alabado que lo hiciera sin apuntes, dando muestra de espontaneidad y de cuánto le entusiasma el proyecto, pero otros simplemente lo relacionan con su trabajo de actriz y la práctica a la hora de memorizar textos y critican que el discurso giró en torno a ella y sus logros. Tampoco gustó que despidiera a la prensa con un "Tengo que volver con mi bebé. Es hora de alimentarlo", señalando que había estado dos días en Nueva York con sus amigos sin problemas por los horarios de comida de Archie.

Y, como ya pasara con su presencia en la final de US Open que su amiga Serena Williams perdió, las sospechas sobre la mala suerte que Meghan Markle lleva con ella han vuelto a despertar: "John Lewis sufrió pérdidas de 61.8 millones de libras, Marks & Spencer se retira del FTSE 100 por primera vez... Juro que la asociación de Markle con cualquier cosa o persona es el beso de la muerte". Así que el enorme empeño y entusiasmo que ha puesto en este proyecto no le han valido para recibir más halagos que críticas. Una tónica que se repite con todas las decisiones que toma.