'Drama' en el Teatro Real: la reina Letizia con los mismos zapatos que la mujer de Peñafiel

Doña Letizia no tuvo que enfrentarse solo a un problemático escote la noche de este miércoles, también vivió otros dos 'dramas'. Los Reyes inauguraron la nueva temporada del Teatro Real disfrutando de la obra de Verdi 'Don Carlo'. Como es habitual ya en esta cita, la Reina lo dio todo con su estilismo, decantándose por un atrevido vestido esmoquin de la firma Lola Li con el que logró muy buenas críticas, pero que le hizo pasar un mal momento.

Y es que nada más bajarse del coche, la Reina se dio cuenta de que el diseño se le abría en la zona del escote, y tuvo que estar haciendo malabares para que no se le viera nada. Una vez en el palco, pidió un par de imperdibles para intentar solucionar el problema y, voilà!, en unos minutos lucía perfecta y ya sin tener que estar agachando la mirada a cada minuto. Pero, como decíamos, no fue una noche fácil para Letizia.

Dos mujeres, unos Manolos

La Reina combinó el vestido con una nueva cartera de mano y unos atrevidos salones de Manolo Blahnik de 751 euros que guarda en su vestidor desde el pasado mes de marzo. Unos zapatos vanguardistas que lucía también otra asistente a la ópera. Nada más y nada menos que Carmen Alonso, más conocida por el gran público por ser la mujer de Jaime Peñafiel, el declarado archienemigo de doña Letizia.

Muy elegante con un pantalón negro y una chaqueta, Carmen llegó al Teatro Real luciendo los citados zapatos de Blahnik y acompañada por su marido, quien vestía traje oscuro, corbata morada y unos zapatos tipo slippers. Una coincidencia puramente fortuita, ya que aunque la esposa de Peñafiel pudiera conocer que la Reina tenía también esos zapatos, no había forma posible de saber que se los pondría esa misma noche.

La horquilla rebelde

Pero hay otro pequeño drama que la Reina vivió también en el Real y tiene que ver con su pelo. Doña Letizia recogió su melena en un moño 'messy' al más puro estilo Meghan Markle. Pues bien, una de las horquillas que sujetaban el recogido se abrió y se le soltó mientras posaba ante las cámaras, un detalle que no pasó desapercibido para los fotógrafos que allí se encontraban.