Cara y cruz de los royals en la ONU: de las causas que apoyan a los gastos que generan

Nueva York es una ciudad en la que Máxima de Holanda se maneja como pez en el agua, ya que estuvo trabajando allí desde mediados de los 90 hasta mayo de 2000, cuando se mudó a Bruselas para incorporarse al Deutsche Bank. Por eso, siempre que viaja hasta allí se la ve especialmente feliz, como ha ocurrido en estos días que se ha desplazado para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Sin embargo, más allá de la imagen siempre divertida y risueña de la mujer de Guillermo de Holanda y de incluso su compromiso más que contrastado, hay una realidad económica que ahora ha trascendido y que ha requerido explicaciones por parte del Ejecutivo holandés: le cuesta al Gobierno de su país 150.000 euros al año.

Esta cifra ha sido hecha pública por el Ministerio de Asuntos Exteriores, respondiendo a preguntas formuladas por NOS, la Fundación de Radiodifusión Neerlandesa. Y según se hace saber, esta cantidad se distribuye entre gastos de viaje y alojamiento no solo para la reina, sino también para un miembro del servicio de la familia, que la acompaña a todos los actos.

Máxima celebrará sus primeros diez años como asesora especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre Inclusión Financiera para el Desarrollo (UNSGSA) y también es presidenta honoraria de la Alianza Mundial del G20 para la Inclusión Financiera.

Según han informado, suelen ser unos diez vuelos al año los que realiza, en algunos casos con aviones gubernamentales, en otros con vuelos regulares y en ocasiones también tiene que recurrir al alquiler para vuelos domésticos.

Estos 150.000 euros no incluyen otros gastos que suponen viajes de estas características, como son el trabajo de empleados del Servicio de Información del Gobierno o la seguridad, que son cumplimentados con el presupuesto de otros ministerios.

Un momento polémico para Máxima

Cuando Máxima recibió su nombramiento en la ONU, era todavía una princesa; y cuando su marido llegó al trono, renunció a todas sus funciones en la misma organización para no acabar envuelto en controversias políticas, pero ella siguió adelante. Una situación que ahora se han replanteado después del encuentro que mantuvo con el príncipe Mohammed bin Salman, el heredero saudí, envuelto en el escándalo del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en Turquía.

El primer ministro de Holanda dijo que la conversación que tuvo la reina con él era totalmente 'defendible', pero el Parlamento pidió al Gobierno mediante una moción que prestara más atención a estas cuestiones para que Máxima no se viera envuelta en este tipo de polémicas.

En estos días se ha producido un auténtico cónclave de royals en Naciones Unidas, pero ha sido Máxima la que más atención ha suscitado, con permiso de la reina Matilde, quien es defensora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también en el marco de la ONU, y puso el foco en la violencia que sufren los niños en los lugares donde existen conflictos armados, o Haakon de Noruega, la princesa Hasna de Marruecos o Alois de Liechtenstein.

Máxima y Matilde, muy ocupadas

Hasta el momento no ha trascendido el gasto que suponen los viajes de todos estos royals para participar en iniciativas como estas, en las que su figura pública es clave para dar voz a cuestiones tan trascendentales como el cambio climático, la infancia o el desarrollo sostenible. Es quizás la reina Máxima quien tiene una agenda más apretada en estos días, pues además de participar este miércoles en el evento 'Inclusión financiera para el desarrollo: a partir de 10 años de progreso', mantendrá reuniones bilaterales con representantes de distintos países. El momento clave de su marido es su discurso en el debate anual en la Asamblea General.

La agenda de Matilde también será apretada, puesto que participará en una conferencia en la Universidad de Columbia, se reunirá con los ganadores del Concurso Internacional de Música Reina Isabel en la Escuela de Artes Juilliard y mantendrá numerosas reuniones sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible.