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La madre de Meghan Markle, Doria Ragland, corre 5 kilómetros por una buena causa
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DEPORTIVA Y SOLIDARIA

La madre de Meghan Markle, Doria Ragland, corre 5 kilómetros por una buena causa

La suegra del príncipe Harry, a sus 63 años, ha participado en una carrera benéfica en Los Ángeles y ha logrado completar el recorrido sin demasiados problemas

Foto: Doria Ragland. (Getty)
Doria Ragland. (Getty)

Doria Ragland, la madre de Meghan Markle y suegra del príncipe Harry, ha demostrado ser una mujer natural y que a pesar de haber pasado, aunque sea de rebote, a formar parte de la familia real británica (o precisamente por eso), no tiene ningún problema en aparcar las pamelas y los vestidos lustrosos y calzarse unas mallas y una camiseta. Sobre todo si es por una buena causa.

La madre de la actriz ha participado en una carrera benéfica que se celebra cada año en la ciudad norteamericana de Los Ángeles y que tiene como objetivo recaudar fondos para el centro Didi Hirsch, enfocado a prevenir el suicidio.

Como hemos podido comprobar, Doria es una mujer que se mantiene en forma, así que ha cubierto los cinco kilómetros de la carrera sin problemas y con el buen humor que la caracteriza.

placeholder Doria, feliz. (Getty)
Doria, feliz. (Getty)

Con camiseta rosa, mallas negras con franja amarilla y el dorsal 1360, la madre de la exactriz cruzaba la meta con los brazos en alto y celebrando con júbilo el reto logrado.

La carrera tuvo lugar este domingo bajo el nombre de Annual Alive and Running y celebraba su 21ª edición. Este evento buscar recaudar fondos para uno de los centros más importantes creados con el objetivo de prevenir los intentos por quitarse la vida, pero también para dar apoyo emocional a las personas que han perdido a un ser querido de esta manera.

Este año, la carrera solidaria ha conseguido recaudar algo más de 450.000 dólares, y Doria, a sus 63 años, ha demostrado estar en perfecta forma.

Doria Ragland, la madre de Meghan Markle y suegra del príncipe Harry, ha demostrado ser una mujer natural y que a pesar de haber pasado, aunque sea de rebote, a formar parte de la familia real británica (o precisamente por eso), no tiene ningún problema en aparcar las pamelas y los vestidos lustrosos y calzarse unas mallas y una camiseta. Sobre todo si es por una buena causa.

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