La pregunta impertinente de Lady Di que hizo que Isabel II la mirara como a una loca

Teniendo en cuenta que Isabel II no es una persona muy alegra y que a Lady Di nunca le tuvo mucho cariño, hubo un momento en la vida de estas dos mujeres que consiguió que la tensión pudiera cortarse con un chuchillo. Por mucho que la soberana se mantuviera fiel al protocolo y guardara las formas con la esposa de su primogénito, el eterno heredero Carlos, Diana nunca estuvo entre sus favoritas.

De hecho, una de las cosas que siempre se le ha afeado es que no se manifestara tras la muerte de la princesa en aquella trágica noche parisina y que durante mucho tiempo se opusiera a manifestar públicamente el pésame antes sus súbditos. Suponemos que el incómodo momento que se vivió en la familia real durante una comida familiar en la que Diana realizó una pregunta insólita (teniendo en cuenta el escenario) tampoco ayudó mucho.

El escritor y biógrafo de Lady Di, Andrew Morton, recoge en su libro 'Diana: Her True Story' una ocasión en la que la familia real británica se encontraba disfrutando de una comida de navidad en Sandringham, la residencia privada de la familia real en la que suelen pasar esas fechas señaladas del año.

La princesa de Gales, como relevó una fuente cercana a ella, pensaba que la monarquía era una institución “claustrofóbica y completamente anticuada, sin ningún tipo de relevancia para la vida y los problemas actuales”. Tal vez por eso no sorprenda (a nosotros, claro, porque a su familia política le cayó como una jarra de agua helada) que la princesa preguntara en la mesa si la familia real (o sea, Isabel y compañía) sería relevante en una Europa federal.

Según recoge Morton en el libro, “la reina, el príncipe Carlos y el resto de la familia real la miraron como si estuviera loca y continuaron con su charla sobre quién había abatido al último faisán del día, un debate que ocupó el resto de la noche”. Otro negativo para la princesa, que ya sumaba unos cuantos con la reina, más partidaria de la discreción que de la sobrexposición de Diana, a la que pidió en numerosas ocasiones que dejara de mostrarse tanto ante la prensa. En una entrevista, Diana de Gales confesó que su relación con quien fuera su suegra fue difícil: “Ella es una persona que sigue con detalle el protocolo, es fría, distante y muy dura”, explicó la desaparecida princesa.

Diana y la caída de la monarquía

Resulta curioso que, con las dudas que tenía la princesa sobre el papel de la realeza en un mundo como el nuestro, fuera precisamente su relación con ella y su muerte las que estuvieron a punto de causar la mayor crisis que ha sufrido Isabel II durante su reinado.

La gestión que la reina hizo sobre la infidelidad de su hijo (la callada por respuesta) y la que Buckingham Palace llevó a cabo tras el accidente que acabó con la vida de la princesa (es decir, ella misma de nuevo callando y no manifestando su pesar por la desaparición de la princesa hasta que fue 'obligada' por su propio hijo y el exministro Tony Blair), desató la furia del pueblo británico contra una institución tradicionalmente respetada pero que en ese momento se cuestionó más que nunca y tuvo su cuota de popularidad más baja en su largo reinado.

Culminaba en ese momento una larga travesía de 'bajonazo real' que empezó en 1992 (40 aniversario de la llegada al trono de la reina), con lo que se dio en llamar el 'annus horribilis' y que sumaba una serie de catastróficas desdichas royal: separación del príncipe Andrés, divorcio de la princesa Ana, incendio en el castillo de Windsor, publicación del libro 'Diana: Her True Story'...