Infanta Cristina, bodas, viajes de placer y condolencias: su intensa agenda privada

Suenan tan del pasado expresiones como 'cordón sanitario', incluso cuando todavía su marido sigue en prisión en Brieva, que las noticias que genera la infanta Cristina en los últimos meses son más propias de una persona que ha recuperado la actividad normal que las de una mujer lastrada por el mayor escándalo que ha afectado a la monarquía española, el caso Nóos. Eso sí, ha logrado que no trasciendan imágenes de sus recientes visitas a España (este mismo fin de semana ha asistido a una boda).

La hija de los Reyes eméritos sigue viviendo en Ginebra, con dos de sus hijos, Miguel e Irene, que comenzaban este otoño las clases en el colegio Ecolint, mientras sus hermanos mayores, Juan y Pablo, han emprendido nuevos caminos. El primero en el Reino Unido, en Londres, donde prosigue sus estudios. Y el segundo, que quiere curtirse en el deporte que le convirtió en estrella, se ha establecido en la ciudad francesa de Nantes, en cuyo equipo, el HCB Nantes, milita en la actualidad después de su periplo en Hannover, hasta donde se desplazaron hace unos meses sus abuelos, Juan Carlos y Sofía, más Claire Liebaert, y su madre, para apoyarle en un partido.

De incógnito en Nantes

Precisamente hasta la ciudad francesa se desplazó la infanta Cristina hace unas semanas, algo que hizo con la más absoluta discreción, pero en la era de las redes sociales es muy difícil mantener en secreto el más mínimo de nuestros movimientos. En su caso, fue el periodista Jordi Corominas quien lo desveló en Twitter.

Un viaje de seiscientos kilómetros que realizó desde Ginebra en un vuelo de la compañía EasyJet y que coincidía con que Pablo no tenía partido, por lo que madre e hijo pudieron disfrutar a tope de su tiempo libre, ya que últimamente no pasan juntos todo el tiempo que les gustaría. Por estar incorporándose a su equipo ya se había perdido las vacaciones veraniegas en Estados Unidos y tampoco había visitado a su abuelo en el hospital tras la operación de corazón en la que se le implantó un triple bypass.

Dos bodas y una fiesta de disfraces

Otro de los puntos clave de la agenda privada de la infanta Cristina fue una fiesta de disfraces de la jet set de Ginebra a la que acudió con sus hijos el pasado 7 de septiembre, según desvelaba 'Vanity Fair', lo que evidencia que pese a la delicada situación que ha vivido en nuestro país, que durante una larga temporada la mantuvo casi en un ostracismo social, en Suiza se sigue relacionando con las élites, habida cuenta también de su trabajo en la Fundación Aga Khan.

Precisamente su hija se casaba en Ginebra en una ceremonia íntima el pasado 29 de septiembre, pero en las imágenes que han trascendido hasta el momento no hay ninguna de la infanta Cristina, por lo que no nos vemos en disposición de confirmar su presencia o su ausencia, aunque la propia hija de los Reyes eméritos forma parte del círculo más estrecho de la familia.

Sin embargo, sí estaba confirmada la presencia de la Infanta este fin de semana en el enlace de Jaime Urquijo Zóbel de Ayala, descendiente de los fundadores de Sotogrande, con Alexandra Suárez, como desveló 'Vanity Fair'. Unos festejos nupciales que duraron tres días y a los que también acudieron Simeón de Bulgaria, con su mujer, Margarita Gómez-Acebo, o los hijos de Ágatha Ruiz de la Prada y Pedro J. Ramírez.

¿Visita a la cárcel?

Este mismo viernes era el aniversario de boda de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, por lo que no sería descartable que se hubiera desplazado a la prisión de Brieva para encontrarse con él. De nuevo, nos movemos en el terreno de la especulación, porque ha habido un enorme silencio informativo respecto a sus visitas a la cárcel, de las que no se ha conseguido obtener ninguna fotografía.

La infanta Cristina también había acudido recientemente, de nuevo sin testimonios gráficos, tal y como adelantábamos en Vanitatis, a dar el pésame a los familiares de Germán López Madrid, presidente de Volvo, amigo de la familia real y hermano de Javier López Madrid, a quien se dio el sobrenombre de 'compiyogui' de la reina Letizia después de que trascendieran unos mensajes que intercambiaron y que suscitaron todo tipo de comentarios.

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