Letizia no está sola: 'royals' que han tenido sus más y sus menos con los guardaespaldas

Se trata de la última polémica protagonizada por doña Letizia, si es que se puede llamar de esta forma. Durante una visita a Sevilla, y tal como revelaba un vídeo, la Reina tuvo un encontronazo con uno de sus guardaespaldas mientras saludaba al público que se había acercado hasta allí para conocerla. "No me has avisado del escalón y casi me mato", le espetó, en un tono en el que muchos vieron una reprimenda. Como todo lo que hace Letizia, las imágenes se hicieron virales. Pero, tranquilos, Letizia no es la única que ha tenido un rifirrafe con uno de sus guardaespaldas.

Al fin y al cabo, pasan mucho tiempo juntos y surgen pequeños conflictos. Como le ocurrió a Sophie de Wessex, la nuera favorita de Isabel II, en 2011. La escena tuvo lugar unos días antes de la boda del príncipe Guillermo y Kate Middleton, cuando los nervios en la familia Windsor estaban a flor de piel. Sophie visitó la tienda del diseñador Bruce Olfied para ultimar los detalles del vestido que lució en el enlace de su sobrino político. Y fue al salir de la boutique cuando mantuvo una acalorada discusión con su guardaespaldas, quizás por la presencia de los periodistas. Su rostro enojado así como el dedo acusador prueban que Sophie le estaba echando una buena bronca a su trabajador. "Su lenguaje corporal demostraba agresividad", declaró un testigo presencial al 'Daily Mail'. Ya se sabe, un mal día lo tiene cualquiera.

Quien consiguió crear un vínculo muy fuerte con casi todos sus guardaespaldas fue Lady Di. La princesa del pueblo no dudaba en utilizar a los miembros de seguridad como paño de lágrimas, como le ocurrió a Ken Wharfe, quien estuvo con ella más de diez años. Más tarde, escribiría un libro contando sus experiencias junto a Diana, como que esta pensaba que el rey Juan Carlos era ”muy sobón".

Pero hay también algunos royals cuya relación con sus guardaespaldas ha ido un paso más allá. Como claro ejemplo tenemos a Estefanía de Mónaco, quien se casó con un de ellos: Daniel Ducruet, padre de sus dos hijos mayores, Louis y Pauline. Se conocieron en 1986 cuando Ducruet llegó a Mónaco y se incorporó al equipo de seguridad de Alberto. Los dos hombres se hicieron muy amigos, y fue precisamente el príncipe quien recomendó a Daniel como guardaespaldas de su hermana, quien por aquel entonces se encontraba viajando por el mundo probando suerte en el mundo de la música.

Fue durante estas giras cuando surgió el amor entre ambos. Intentaron llevar su relación con la máxima discreción posible, hasta que 'Paris Match' publico unas imágenes de ellos en la playa en actitud cariñosa. Tras dar la bienvenida a sus dos hijos, se casaron en 1995 en Mónaco, con el consentimiento de Rainiero, al que le costó y mucho darles la bendición. Sin embargo, el matrimonio no duró demasiado. En 1996 aparecían las famosas fotografías de Ducruet en una piscina con una joven 'stripper'.

También a Mary de Dinamarca la han relacionado con su guardaespaldas. Y en esa ocasión fue el propio protagonista el que lo hizo público. Frank Martinsen, miembro del equipo de seguridad de la familia real danesa, publicó en 2015 un libro en el que contaba la estrecha relación que mantenía con la heredera y los motivos de su despido. "Hablábamos sobre nuestras familias, nuestros hijos, nos contábamos cómo había ido el día, qué habíamos hecho la noche anterior. Cosas normales”, apuntaba el autor. Sin embargo, algunos no vieron con buenos ojos esa relación de aprecio entre ambos y decidieron despedir a Frank del cuerpo de seguridad, eso según él.

Pero para anécdotas con guardaespaldas la del escolta de Ingrid Alexandra de Noruega. Y es que mientras la princesa estaba en clase en la Escuela Internacional de Oslo, un fuerte ruido parecido a un disparo alteró el funcionamiento de las aulas. Finalmente, se descubrió que había sido el escolta, que se encontraba en la caseta de vigilancia adjunta al colegio cuando, sin querer, se le disparó la pistola contra una pared. También una escolta de Amalia de Holanda sembró el terror en el colegio al dejarse olvidada su pistola en el baño del Christelijk Gymnasium Sorghvliet. El arma estaba cargada y fue hallada por un grupo de alumnas del instituto en el baño Afortunadamente, no ocurríó nada malo.