La familia real inglesa blinda su vida privada: Harry y Guillermo marcan el camino

En una época en la que las informaciones se fagocitan unas a otra y en ocasiones no da tiempo a digerirlas, si hiciéramos una encuesta y preguntáramos quién es Rose Hanbury, mucha gente se quedaría perpleja, porque este nombre no les diría nada. Sin embargo, en julio de este año fue la protagonista de infinidad de titulares y noticias pues la atribuían un 'affaire' con el príncipe Guillermo.

No es casualidad que haya caído en el olvido el nombre de esta socialite tan famosa en el Reino Unido no solo por su amistad, ahora parece que extinta, con los duques de Cambridge (siguen siendo vecinos en Norfolk) y por su propio marido, el aristócrata y millonario David Cholmondeley. Su desaparición mediática obedece a un paso legal insólito por parte del príncipe Guillermo, que contrató a un prestigioso bufete londinense que envió un burofax a 'In Touch' con una carta amonestatoria y, además, amenazó a cualquier medio que siguiera alimentando este rumor que nadie pudo confirmar.

Como los tentáculos de los Windsor no son tan alargados como para silenciar a la prensa estadounidense, la latinoamericana o la de Europa continental, distintas cabeceras internacionales siguieron alimentando esta historia que acabó desvaneciéndose como era de esperar, ya que las principales fuentes, los medios británicos, se habían secado... Su propósito estaba conseguido.

Las dos demandas de Harry

Sin embargo, esta incómoda situación de los Cambridge era un remanso de paz al lado de lo que está sucediendo con Meghan Markle, cuya propia familia paterna ha sido la encargada de alimentar las peores historias publicadas sobre ella en los tabloides británicos. Sobre todo su padre, el operador de cine retirado Thomas Markle, quien llegó a publicar una carta de puño y letra de su hija para argumentar sus diferencias, ya parece que irreconciliables, con ella y que, aunque con efectos retardados, fue la gota que colmó el vaso.

Los Sussex comenzaban este octubre con un extensísimo comunicado anunciando una demanda contra el medio que publicó esa misiva, 'Mail On Sunday', "por la publicación intrusiva e ilegal de una carta privada escrita por la duquesa de Sussex que es parte de una campaña de este grupo de medios para publicar información falsa e historias deliberadamente despectivas sobre ella y sobre su marido. Ante la negativa de los periódicos asociados a resolver este problema de manera satisfactoria hemos comenzado los procedimientos para corregir esta violación de la privacidad".

Como su tío, Charles Spencer

La cosa no iba a quedar así y el propio Harry procedía días más tarde a demandar a 'The Sun' y 'Daily Mirror' por, supuestamente, haber tenido acceso a mensajes telefónicos privados. El hijo de la recordada Lady Di quiere con estas acciones que su familia no vuelva a vivir una situación como la que vivió su madre, la recordada Diana de Gales. Sus palabras recuerdan mucho a las de Charles Spencer, su tío materno, que responsabilizó a los medios de comunicación del infierno vital de su hermana en su propio funeral: "Hablaba sin cesar de alejarse de Inglaterra, principalmente por el trato que recibió por parte de los periódicos. De todas las ironías sobre Diana, quizás la más grande fue esta: una niña que recibió el nombre de la antigua diosa de la caza fue al final la persona más perseguida de la era moderna". En esa línea, Harry ha manifestado que "perdí a mi madre y ahora veo a mi mujer ser víctima de las mismas fuerzas poderosas".

Estamos asistiendo a un nuevo paradigma y a una manera de gestionar la vida privada de una familia a la que han lastrado enormes escándalos de los que muy pocos miembros se han escapado. El último de ellos, el príncipe Andrés de Inglaterra, que se ha convertido en el miembro de la familia en horas más bajas por su relación de amistad del millonario Jefffey Epstein, que fue encontrado ahorcado el pasado mes de agosto en la celda de su prisión en Nueva York.

La reina Isabel, en el punto de mira

Estas demandas puestas por el príncipe Harry y su contundente comunicado vuelven a poner en el foco de atención a la reina Isabel II, que está viviendo uno de los años más convulsos de su reinado por la gestión del Brexit que está haciendo el primer ministro Boris Johnson. Aunque, como es lógico, no se ha pronunciado sobre la situación, la biógrafa real Penny Junor cree que no ha sido una decisión muy sabia por parte de Harry y que es poco probable que su abuela apruebe este paso al frente que acaba de dar.

"No me resulta creíble pensar que la reina Isabel haya aprobado este comunicado ni que el príncipe Carlos haya hecho algo semejante y, Dios mío, durante muchos años ha tenido motivos cuando los medios le han estado atacando a él o a Camilla. No creo que incluso su hermano le haya recomendado hacer un comunicado de estas características", ha declarado a 'ITV News'.

Los riesgos que asumen

Según Junor, las demandas que ha presentado a través de Schilling, el butefe de abogados que llevará adelante los casos, podrían romper el ya precario equilibrio que había en la relación entre Harry y los medios, porque, a su entender, no han sido tantas las cosas negativas que se han publicado sobre la que fuera protagonista de la serie 'Suits' y algunas de ellas se han ajustado a la verdad.

Después de este comunicado y el anuncio de las demandas, que coincidieron durante el viaje de los Sussex a Sudáfrica, habrá que esperar acontecimientos, pero hay cierto consenso en que las cosas cambiarán a partir de ahora. Cuando llegue la hora de los juicios, se seguirá echando leña al fuego. Habrá que ver si las palabras de Richard Palmer, corresponsal de 'Daily Express'. se cumplen: "Nadie en la Familia Real apoya a Harry y Meghan en este momento. Incluso miembros de su equipo están avergonzados por sus acciones".

El que fuera secretario privado de Diana de Gales, Patrick Jephson, ha manifestadeo que "estaba al lado de Diana durante sus batallas con la prensa. Sé los riesgos que conlleva para Harry y Meghan".