Cena de gala en Japón: Mary de Dinamarca eclipsa a Máxima, Matilde y Victoria

Seis horas después de la ceremonia de entronización de Naruhito, el Palacio Imperial ha vuelto a engalanarse para recibir de nuevo a sus invitados, esta vez para una cena de gala ofrecida por los nuevos emperadores. Y el desfile de vestidos largos, tiaras, bandas y joyas reales a las puertas del palacio no se ha hecho esperar. Había una gran expectación por ver a las grandes damas de la realeza europea con sus mejores galas. Y lo sentimos por Letizia, pero en este campeonato estilístico tenemos una clara vencedora, Mary de Dinamarca.

Mary era, precisamente, la primera royal europea de la noche. Y a pesar de que volvía a apostar por la capa para su outfit, como ya había hecho para la ceremonia de entronización, ha sorprendido mucho, y para bien, con su look . La diferencia más notable con el vestido que había lucido horas antes han sido las lentejuelas que cubrían completamente la capa, que acompañaba un vestido recto en tono nude, muy al estilo del que ha llevado la reina Matilde de Bélgica en el acto matinal. La princesa danesa no ha pecado de exceso de joyas y ha optado por pendientes y la tiara que ella misma se compró hace unos años para incluirla en su joyero.

Victoria de Suecia ha tirado de fondo de armario y ha escogido el vestido de Elie Saab que lució en el 70 cumpleaños de su padre, el rey Carlos Gustavo. Lo ha hecho, además, usando exactamente los mismos complementos que entonces: clutch dorado, también de Elie Saab, y una de las joyas familiares más preciadas, la tiara conocida como 'corona de laurel', regalo de Lillian Craig, tía paterna del monarca sueco.

Máxima de Holanda ha vuelto a confiar para esta gran noche en la aguja de Jan Taminiau, el mismo diseñador que la vistió el día de la investidura de Guillermo Alejandro con aquel vestido capa azul Klein. La argentina ha apostado por el rojo con un diseño de escote barco y manga corta, cuya originalidad recaía en las formas geométricas en blanco que empezaban en la zona del pecho y acababan en la cintura. Un look que ha redondeado con la tiara Mellerio, de diamantes y rubíes, junto con la pulsera, un collar tipo choker y una pulsera a juego.

Por su parte, Matilde de Bélgica ha optado por el dorado, con un look cual 'burbuja Freixenet'. La reina belga ha apostado por un vestido de estreno de escote cuadrado, manga larga y bajo decorado con encaje. Una opción sobria y efectiva. Ha coronado su cabeza con la base de la tiara de las Nueve Provincias, que tiene forma de bandeau, pero esta vez ha preferido dejar de lado las nueve puntas -que le dan nombre- para tener una versión más sencilla.