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¿Logrará cambiar Naruhito la ley que impide heredar el trono a su hija Aiko?
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ENTRONIZACIÓN

¿Logrará cambiar Naruhito la ley que impide heredar el trono a su hija Aiko?

Del nuevo emperador se espera continuidad, pero también un cierto impulso de modernidad que podría desembocar en la abolición de la ley sálica. El Parlamento no lo apoya de momento

Foto: El emperador Naruhito, fotografiado en París. (Reuters)
El emperador Naruhito, fotografiado en París. (Reuters)

Que las relaciones entre España y Japón gozan de buena salud es, en términos generales, el común denominador de los últimos cuatro siglos. Desde los Austrias. De hecho, se atribuye al rey Felipe III, que reinó entre 1598 y 1621, el inicio de esta buena sintonía bilateral. Sin embargo, las relaciones diplomáticas —tal y como se entienden ahora— no se formalizaron hasta 1868, justo el año en el que se inició el Sexenio Revolucionario en España.

Otra cosa es el fruto de este buen entendimiento en términos comerciales. España tiene un amplio margen de mejora por delante en este sentido, a pesar del importante avance experimentado en la última década. Fueron precisamente los reyes Juan Carlos y Sofía los que aceleraron las relaciones institucionales y comerciales con Japón desde su primer viaje de Estado en 1980, nueve años antes del fallecimiento del emperador Hirohito.

Posteriormente, tras la visita realizada en 1998, con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno, celebrarían un segundo viaje de Estado en 2008, año a partir del cual se intensificaron definitivamente las relaciones entre ambos países. También viajó a España el emperador Akihito —y su esposa Michiko—, tanto en su condición de príncipe heredero, como después, siendo ya emperador, en 1994.

placeholder Los Reyes de España llegan a Japón para la entronización de Naruhito. (EFE)
Los Reyes de España llegan a Japón para la entronización de Naruhito. (EFE)

Aunque ha sido su hijo Naruhito —ya el 126º emperador de Japón— el miembro de la familia real nipona que ha visitado oficialmente España en más ocasiones. En 1992, con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona; en 2005, para asistir a la boda del entonces príncipe Felipe; en 2008, para visitar la Exposición Internacional de Zaragoza, además de Madrid, Toledo y Ciudad Real; y en 2013, para presidir junto al príncipe Felipe la Comisión Bilateral de Cooperación Empresarial, icono del nuevo y fructífero marco de relaciones en el que se encuentran ambos países.

Efectivamente, tras la celebración del año dual de Japón en España y de España en Japón (2013 y 2014), las relaciones comerciales tomaron un nuevo rumbo, aunque más beneficioso —hasta el momento— para los nipones.

Una balanza comercial negativa

Es verdad que España ha duplicado sus ventas a Japón entre 2009 y 2018 (de 1.200 millones de euros a más de 2.500 el año pasado), pero no es menos cierto que Japón ha aumentado muy significativamente sus ventas a España en el mismo periodo (de 3.170 millones en 2009 a más de 4.130 en 2018).

placeholder La reina Letizia saluda a Naruhito, mientras el rey Felipe hace lo propio con la emperatriz. (EFE)
La reina Letizia saluda a Naruhito, mientras el rey Felipe hace lo propio con la emperatriz. (EFE)

Hubo dos años durante la grave crisis económica (2013 y 2014) en los que parecía que España alcanzaría una tasa de cobertura del 100% (fue del 99,2% en 2014), pero en los ejercicios siguientes, animados por las mayores ventas en el mercado interior y en la UE, los exportadores relajaron su actividad en Japón y la tasa de cobertura se fue reduciendo, hasta llegar al 61% en 2018.

Más atentos a las demandas sociales

En este marco de buen entendimiento mira España los prolongados fastos de coronación de Naruhito como nuevo emperador de Japón, junto a su esposa Masako. Una nueva etapa en la más que bimilenaria historia de la peculiar ‘monarquía’ nipona.

Tras la abdicación de Akihito, nada usual —como es bien sabido—, lo que se espera de su hijo Naruhito es continuidad y, si cabe, un nuevo impulso al proceso de modernización de la propia institución, entendida esta como un mayor avance en su proceso de acercamiento al pueblo iniciado por Akihito y su esposa Michiko.

placeholder Los emperadores Michiko y Naruhito, en una imagen de archivo. (Reuters)
Los emperadores Michiko y Naruhito, en una imagen de archivo. (Reuters)

Al igual que las monarquías occidentales, salvando las distancias, también el Trono del Crisantemo trata de aproximarse a la ciudadanía con su mejor versión de ayuda y de cooperación social, de acuerdo con los nuevos usos y costumbres. No es que haya perdido su ‘halo divino’, sino que gana fuerza su función como símbolo de un Estado moderno y unido, atento a las demandas sociales de las nuevas generaciones.

¿Y un cambio en la ley de la Casa Imperial?

Nadie espera de esta nueva etapa un marco próximo a la Arcadia feliz. No. Y menos, si cabe, para el nuevo emperador, en el caso de que se decida a impulsar la reforma de la normativa que rige la Casa Imperial para dar la vuelta a la historia y abrir la senda de la sucesión a su única hija, Aiko.

Ya fue este un asunto de debate, político y social, tras el nacimiento de Aiko (1 de diciembre de 2001). Y posteriormente, a raíz de las alertas que emitía Akihito sobre su decisión de abdicar por complicaciones de salud.

Como conoce bien el lector, aunque el levantamiento de la ley sálica fue bien acogido por la población, lo cierto es que la iniciativa no cuajó entre los miembros de la Dieta (Parlamento). La duda que aún permanece es si la falta de apoyo en el seno de la Dieta se debió a la inoportunidad de la iniciativa (una mera cuestión de estrategia) o si responde realmente a la convicción de la mayoría de los miembros de la Cámara legislativa…

placeholder Los emperadores con su hija Aiko. (Reuters)
Los emperadores con su hija Aiko. (Reuters)

El primer ministro Abe ha sugerido en varias ocasiones que impulsaría la modificación de la Ley de la Casa Imperial tras la coronación del nuevo emperador, para sustituir el término ‘primer hijo varón’ de la familia imperial por el de ‘primogénito’, independientemente de su condición de mujer o varón.

Si fuese así y prosperase la iniciativa, sería en beneficio de Aiko y en detrimento de su tío Fumihito (1965), hermano menor del nuevo emperador (primero en la línea de sucesión) y de su primo Hisahito (2006), tercer hijo (primer varón) de Fumihito y, por lo tanto, segundo en la línea de sucesión.

De momento, Aiko no está siendo educada como futura emperatriz. Pero eso, ciertamente, siempre se puede cambiar.

Que las relaciones entre España y Japón gozan de buena salud es, en términos generales, el común denominador de los últimos cuatro siglos. Desde los Austrias. De hecho, se atribuye al rey Felipe III, que reinó entre 1598 y 1621, el inicio de esta buena sintonía bilateral. Sin embargo, las relaciones diplomáticas —tal y como se entienden ahora— no se formalizaron hasta 1868, justo el año en el que se inició el Sexenio Revolucionario en España.

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