La Casa Real inglesa, preocupada por la brecha abierta entre Guillermo y Harry

Cuando el príncipe Harry se casó con Meghan Markle el 19 de mayo del año pasado en la capilla de San Jorge en Windsor, todo parecía indicar que entre su hermano mayor, el príncipe Guillermo, y él había una gran complicidad. Tanta que la prensa británica acuñó el término Fabulosos Cuatro para referirse a los dos matrimonios, los Cambridge y los Sussex. Sin embargo, poco a poco se fueron resquebrajando las relaciones y ahora hay una brecha entre ambos que preocupa a la Casa Real británica.

No han pasado ni dieciocho meses y ha sido el príncipe quien ha dado pábulo a los rumores al confirmarlos: sí hay tensión entre ambos. En el documental estrenado el pasado domingo en la cadena ITV, rodado durante la reciente gira por Sudáfrica que han hecho Harrry y Meghan, acompañados por su hijo Archie, el menor de los hijos de Lady Di y el príncipe Carlos admite que ahora van por "caminos separados".

En un momento muy delicado para el príncipe Harry y su mujer, porque el príncipe ha interpuesto dos demandas contra tabloides británicos y dio un contundente comunicado denunciando lo que él considera un acoso, los medios, lejos de callarse, han dado un paso al frente y están recabando testimonios que parecen evidenciar que la Casa Real está preocupada por la situación de ambos hermanos.

La tesis que mantiene 'Daily Mail' a través de la firma de Richard Kay, uno de los periodistas que más saben de los Windsor en el Reino Unido, es que la reina Isabel y el príncipe Carlos tenían la esperanza de que el nacimiento de Archie y los retos de la paternidad servirían para limar asperezas. Es más, apuntan al consejo que les dio Lady Di, su madre, a ambos hermanos: que se cuidaran el uno al otro.

Sobre el origen de sus diferencias se cree que comenzaron cuando Guillermo le recomendó a su hermano que no se precipitase para casarse. De hecho, él tardó ocho años en pasar por el altar con Kate Middleton. Unas palabras que Harry habría interpretado como una crítica por su elección de pareja y que habrían sido el detonante de lo que acontecería en los meses siguientes.

Los acontecimientos son de sobra conocidos... Los Sussex se marchaban de Kensington, donde eran vecinos de los Cambridge, y se instalaban en Frogmore Cottage, en Windsor. Una distancia física que también sería pronto simbólica al emprender caminos divergentes con dos oficinas y personal separado, y más tarde cuando los Sussex abandonaron The Royal Foundation y anunciaron la creación de su propia organización benéfica.

En el mencionado artículo, Richard Kay pone el énfasis también en el círculo de amigos que rodearon a Harry en sus momentos más duros tras la muerte de su madre, Diana de Gales, con quienes tampoco tendría ningún trato en la actualidad. Y para ello, se han puesto en contacto con el padre de uno de ellos: "Harry se ha quedado en nuestra casa y ha sido un invitado muy bienvenido durante muchos años. Llegó un día en el que las llamadas se quedaron sin respuesta". Al parecer, Harry estaría siguiendo la estrategia de su madre: cuando quería deshacerse de amigos solía cambiar de número de teléfono.

El autor también subraya que el hecho de que Harry no fuera a visitar a su abuela en Balmoral este verano fue un error estratégico, aunque da por hecho que la reina Isabel II habrá hablado con él y le habrá ofrecido ayuda en esta situación tan delicada.