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Los mejores amigos de Letizia: esmeraldas, rubíes, zafiros y un montón de diamantes
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

Los mejores amigos de Letizia: esmeraldas, rubíes, zafiros y un montón de diamantes

La Reina ha hecho un gran despliegue de joyas, sobre todo durante sus estancias en Japón y Corea del Sur. A continuación hacemos un repaso por las piezas que ha llevado

Foto: La reina Letizia, en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)
La reina Letizia, en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)

'Diamonds are a girl's best friend', decía la famosa canción de Marilyn Monroe. Durante años, se le ha recriminado a doña Letizia que no aprovechara más el joyero real como sí hacía doña Sofía. La Reina se limitaba a lucir pendientes, muchos de ellos de bisutería, y alguna que otra pulsera en muy excepcionales ocasiones. Sin embargo, poco a poco la esposa de Felipe VI se ha ido haciendo más amiga de las grandes alhajas.

Y la prueba la tenemos en esta última semana en la que la Reina ha hecho un gran despliegue de joyas, sobre todo durante sus estancias en Japón y Corea del Sur. A continuación hacemos un repaso por las piezas que ha llevado entre las que destacan esmeraldas, rubíes, zafiros y diamantes, muchos diamantes. De algunas de ellas se desconoce el origen, ya que pueden ser joyas antiguas o bien regalos de boda, sobre todo de los árabes, muy dados a regalar alhajas en sus visitas.

Entronización de Naruhito

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La Reina nos dio una gran sorpresa al lucir por primera vez uno de los collares de chatones, que pertenecieron a Victoria Eugenia. Para su enlace Alfonso XIII le regaló un collar de Ansorena con 30 piezas. Cada vez que el Rey tenía que hacerle un regalo a su esposa, le entregaba dos diamantes que se incorporaban al collar. Fueron tantas las piezas que le dio que al final el collar le llegaba por la cintura. Por eso decidió dividirlo, quedando uno más grande y otro más pequeño. Dejaría escrito en su testamento que "el grande" formaría parte del lote de joyas de pasar y recaería en don Juan, el heredero, mientras que el otro, más pequeño, con 27 diamantes, se lo dejó a su hijo Jaime.

Cuando don Juan Carlos ascendió al trono, doña Sofía recibió todas las joyas de pasar, en las que se incluía el collar de chatones grande, que ha lucido en infinidad de ocasiones. Sin embargo, en 1977, la que fuera segunda esposa de don Jaime subastó en Christie's el collar pequeño y en 1982 fue adquirido por alguien cercano a la Casa Real, volviendo así a manos de las mujeres Borbón. Parece que doña Letizia llevó en Japón la versión de 27 diamantes, pero no se puede asegurar.

La Reina lucía además una pulsera que parece hecha con chatones, lo que es un auténtico misterio, ya que no hay constancia de que hubiera una pulsera a conjunto. Puede ser que la haya hecho hacer a partir de chatones sobrantes, pero lo cierto es que no conocíamos su existencia. Los pendientes, de diamantes y esmeraldas, ya los había lucido con anterioridad y pertenecen a la reina Sofía. La primera vez que los llevó fue en una cena de gala en el Palacio Real en 2006.

Cena de gala en Tokio

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Doña Letizia coronó su cabeza con la tiara más importante del joyero real, la de la Flor de Lis, símbolo de la monarquía española. Fue creada por la joyería Ansorena y Alfonso XIII se la entregó a su esposa, con motivo de su enlace matrimonial. La diadema, realizada en diamantes, representa tres grandes flores de lis. También fue utilizada por la condesa de Barcelona durante la coronación de Isabel II. Fue en 1983, durante una visita de Estado de los reyes de Suecia, cuando la reina Sofía la lució por primera vez y desde entonces la ha reservado para grandes ocasiones.

La Reina lució también las 'pulseras gemelas', dos pulseras idénticas realizadas con diamantes. Su origen se encuentra en una corona de Cartier que Alfonso XIII entregó a Ena también como regalo de bodas. La corona pasó de moda rápidamente y tras su exilio, la reina encargó a la misma firma que la desmontara y con los diamantes creó estas dos pulseras. Desde la muerte de Ena, solo habían sido lucidas por doña Sofía, hasta ahora.

Los pendientes elegidos por la actual Reina también están en el lote de las joyas de pasar y también pertenecieron a Victoria Eugenia. Están realizadas con un brillante grueso y otros pequeños brillantes alrededor y fueron los elegidos por la infanta Cristina para el día de su boda con Urdangarin. Letizia también llevaba un broche en forma de flor de lis de la tiara Princesa de Ansorena -aquella que don Felipe le regaló por su quinto aniversario de boda- que sujetaba la banda de la orden de la Preciosa Corona

Primeros actos en Corea

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La Reina combinó su vestido de Carolina Herrera con unos pendientes de diamantes y zafiros en forma de lágrima, que ya llevó en el concierto del 40 aniversario de la Constitución y cuyo origen sigue siendo un misterio, a juego con una pulsera con las mismas piedras que estrenó en el quinto aniversario de la proclamación y de la que también se desconoce la procedencia.

Cena en Seúl

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Para la cena en Seúl, doña Letizia peinó su melena en un clásico moño bajo que dejaba al descubierto unos pendientes en forma de paloma realizada en diamantes que se posa sobre un aro repleto de rubíes talla pavé, una joya que perteneció y que lució en el pasado doña Sofía, aunque ella solía hacerlo con un collar a juego que su nuera no ha llevado nunca. En su muñeca derecha lucía una discreta pulsera combinando diamantes y formas florales en rubíes que ya le habíamos visto en el pasado.

Bonus Track

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No podemos olvidarnos de los pendientes que la Reina estrenó el pasado viernes en la ceremonia de los Premios Princesa de Asturias. Doña Letizia apareció en la alfombra azul del teatro Campoamor de Oviedo luciendo en sus orejas unos pendientazos, unas piezas ovaladas con cuatro impresionantes rubíes, dos en cada oreja, rodeados cada uno por dos hileras de diamantes pavé. Una alhaja que no le habíamos visto con anterioridad y cuya procedencia es un misterio.

'Diamonds are a girl's best friend', decía la famosa canción de Marilyn Monroe. Durante años, se le ha recriminado a doña Letizia que no aprovechara más el joyero real como sí hacía doña Sofía. La Reina se limitaba a lucir pendientes, muchos de ellos de bisutería, y alguna que otra pulsera en muy excepcionales ocasiones. Sin embargo, poco a poco la esposa de Felipe VI se ha ido haciendo más amiga de las grandes alhajas.

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