Kate Middleton, cita secreta en un pub con las madres de los compañeros de sus hijos

No hay nada que se les pase por alto a los tabloides británicos, que lo mismo son capaces de localizar a Kate Middleton en unos grandes almacenes de Norfolk comprando disfraces con sus hijos para Halloween que manteniendo un encuentro 'secreto' con las madres de los compañeros de sus pequeños en un pub de Londres.

Esta reunión, que desvela ahora 'Mail On Sunday', se produjo, al parecer, hace un mes en un pub de Chelsea, una de las zonas más elitistas de Londres, al que, por cierto, era muy aficionado su cuñado Harry. Tanto es así que se dice que se creó un pasadizo solo para que accediera él sin ser visto, lo que podemos considerar como una leyenda urbana relacionada con los años más 'díscolos' del príncipe.

Como fue su propósito, no se pudo lograr ningún documento gráfico, como tampoco se pudo cuando fue vista en los grandes almacenes, ya que su equipo de seguridad, en aquella ocasión, pidió a los clientes que no hicieran fotografía alguna, pues se trataba de un acto privado de su vida cotidiana.

Lo cierto es que Kate habría accedido por la parte trasera de Hollywood Arms, que es así como se llama este afamado local, donde la gente suele ir a comer y a tomar copas de una manera tranquila y casual. Un ambiente, sin duda, perfecto para que la duquesa de Cambridge pudiera interactuar tranquilamente con las madres de los niños que también van al colegio de George y Charlotte.

Se trata de Thomas's Battersea, un colegio no precisamente accesible para todo el mundo, ya que se paga algo más de 6.000 euros al trimestre. George fue el primero en acudir a este centro en 2017 y su hermana menor lo hizo el pasado mes de septiembre. En concreto, el día 5, los Cambridge llevaron a sus niños al colegio, vestidos con su preceptivo uniforme.

El encuentro de la duquesa de Cambridge tuvo lugar en un salón privado, Boulevard Bar, que cuesta unos 3.000 euros y tiene capacidad para unas 80 personas. De momento, no han trascendido más detalles de esta reunión informal que sirvió también para que Kate se diera a conocer e intercambiara impresiones sobre cómo está siendo la educación de sus hijos.

Entre las anécdotas que rodean a este local tenemos que destacar que sus anteriores dueños, Willow Crossley y su ahora marido Charlie, colaboraron con la decoración floral de la celebración de boda de los duques de Sussex.