Rania de Jordania y el vestido reciclado con el que eclipsa el debut de su hijo pequeño

Un vestido reciclado, una combinación, a priori, imposible y una figura envidiable. Esos han sido los ingredientes que ha necesitado Rania de Jordania este fin de semana para convertirse en el centro de atención absoluto durante la apertura del Parlamento. Y eso a pesar de que asistían sus dos hijos, el príncipe heredero Hussein, mucho más habituado a este tipo de ceremonias, y el príncipe Hashem, quien era la primera vez que participaba en este acto y del que se esperaba que fuera quien más focos atrajera.

Lo curioso es que el vestido que escogió Rania para esta ceremonia no era de estreno, sino que optó por un diseño que ya había llevado en 2017, aunque con complementos diferentes, dándole un aire distinto. Se trata de un vestido de punto en color morado de la firma Ellery, de largo midi y con mangas acampanadas. La forma del vestido marcaba la silueta de la que la reina hachemita puede presumir a sus 49 años, demostrando que está igual o mejor que hace dos años, cuando lo lució por primera vez.

En esta ocasión, Rania escogía complementos en rojo para completar el outfit, con zapatos de Gianvito Rossi y bolso de Givenchy, además de un colorido cinturón de inspiración étnica de la firma italiana Etro. Una combinación difícil, pero acertada, que nos recordaba mucho la que Diana de Gales lució en la India, convirtiéndose en toda una pionera del 'colour block' que años después Gucci elevó a las pasarelas.

Rania presenció la ceremonia junto a la princesa Muna, la madre del rey Abdalá. Y, como suele ser habitual en sus apariciones, no se escapó de las críticas. Su alabado look contrastó con su rostro, en el que muchos han vuelto a poner el foco por los numerosos retoques estéticos a los que se ha sometido desde hace unos años y que, junto con sus gastos en ropa, es uno de los argumentos favoritos de sus detractores a la hora de atacarla.