La demoledora entrevista a Virginia Roberts, la mujer que acusa al príncipe Andrés de abuso
Lo que está sucediendo estos días en Reino Unido es serio. Estamos hablando de que la cadena pública está investigando un caso de tráfico de menores que afecta al hijo de la reina
“Esta no es una historia de sexo sórdido. Esta es una historia de trata de personas. Es una historia de abuso y es una historia en la que está involucrado un miembro de la familia real”, asegura Virginia Roberts -ahora Giuffre-, la mujer que denuncia haber mantenido relaciones con el príncipe Andrés, cuando solo era una menor, por órdenes de Jeffrey Epstein.
El Palacio de Buckingham aún no se había recuperado del tsunami creado el mes pasado por la desastrosa entrevista del duque de York, dando explicaciones sobre su amistad con el poderoso pedófilo norteamericano. Pero lejos de calmar las aguas, la BBC ha creado una réplica, aún mayor si cabe, de la tormenta, con la emisión de una extensa investigación sobre un caso que ha marcado un antes y un después en una de las monarquías más antiguas de Europa.
Lo que está aconteciendo estos días en el Reino Unido es serio, sumamente serio. Ya no se trata de una cuestión que interesa tan solo a los tabloides. Estamos hablando de que la cadena pública está investigando un caso de tráfico sexual de menores que afecta de lleno al hijo de Isabel II, quien no solo se ha visto obligado a retirarse de la vida pública, sino que, como señala la BBC, es muy posible que si viaja en algún momento a los Estados Unidos, tenga que contar su versión de la historia bajo juramento a un juez. Serio, sumamente serio.
Estamos hablando de que la cadena pública cuestiona por qué el FBI ocultó las fotografías donde el príncipe Andrés aparece junto Virginia Roberts, cuando esta tenía 17 años, mientras investigaba los cargos de abuso y tráfico de menores contra Epstein, un pedófilo que se suicidó el pasado verano en su celda de Nueva York, donde esperaba un juicio. Serio, sumamente serio.
La cadena pública ha tenido acceso a unos emails privados en los que, cuando sale a la luz todo el escándalo, el príncipe Andrés le pide a su íntima amiga Ghislaine Maxwell -en su momento pareja de Epstein- ayuda para tratar las acusaciones de la supuesta víctima. Él escribió: “Avísame cuándo podemos hablar. Tengo algunas preguntas específicas que hacerte sobre Virginia Roberts". Maxwell respondió: “Tengo información. Llámame cuando tengas un momento”.
El programa especial de 'Panorama', emitido el lunes por la noche, no consistió en una sola entrevista con Roberts. Se trató de un documental que viaja incluso a los barrios más pobres cercanos a la mansión que Epstein tenía en Palm Beach, en Florida, para reclutar a las menores con las que no solo tenía relaciones, sino que las obligaba a tener sexo con terceros.
Todas ellas tenían el mismo patrón. Por fuera, de aspecto delicado, delgadas, pecho pequeño. Por dentro, completamente vulnerables. Así era Virginia. Contactó con ella con la misma excusa que utilizaba con el resto: diciéndole que le iba a enseñar a dar masajes. Una vez allí les adentraba en un mundo de jets privados, orgías en mansiones de islas privadas, fiestas con gente poderosa y rica de ambos lados del Atlántico.
En su primer encuentro, Virginia le contó al millonario norteamericano que había sufrido abusos desde los 7 años. “Fue mi mayor error. Le mostré lo vulnerable que era. Sabía que podía hacer conmigo lo que quisiese”, matiza en su entrevista con 'Panorama'.
Virginia, que hoy tiene 35 años, está casada y vive en Australia, afirma que mantuvo relaciones con el príncipe Andrés -ahora de 59 años- hasta en tres ocasiones. La primera de ellas fue en Londres, en marzo de 2001. Primero estuvo en la zona VIP del famoso club Tramp en Mayfair con él, Epstein y Ghislaine Maxwell, acusada ahora de reclutar mujeres para abusar de ellas sexualmente.
"Solo uno de nosotros dice la verdad...”
“Me invitó a bailar. Es el bailarín más horrible que he visto en mi vida”, relata la supuesta víctima. “Fue horrible. Era como si su sudor estuviera lloviendo básicamente en todas partes sobre mí. Me daba asco. Pero sabía que tenía que hacer que se lo pasara bien porque es lo que Jeffrey y Ghislaine esperaban de mi”, explica. A la salida del club, se fueron a la casa de Belgravia de Ghislaine Maxwell y allí recibió instrucciones. “Me dijeron que tenía que hacer con Andrés lo que hacía con Jeffrey y eso me enfermó”, dijo. Fue aquella noche cuando sacaron la famosa foto.
“No me podía creer todo lo que estaba ocurriendo. No es que un miembro de la familia real permitiera que pasara todo aquello, sino que incluso participaba”, relata entre lágrimas en uno de los momentos más intensos del documental. “Ahora están saliendo todas estas excusas ridículas sobre que si la foto está manipulada”, señala. “Él sabe lo que pasó. Yo sé lo que pasó. Solo uno de nosotros dice la verdad y sé que soy yo”, matiza.
A mediados de noviembre, el príncipe Andrés anunció que abandonaba "por ahora" sus "funciones públicas", admitiendo que sus circunstancias personales habían supuesto un "importante trastorno" para la familia real británica. "Continúo lamentando inequívocamente mis erróneos vínculos con Jeffrey Epstein", indicó en un comunicado donde se mostraba “dispuesto a colaborar con las autoridades judiciales en sus investigaciones.
El FBI podría estar interesado ahora en hablar con él, pero Scotland Yard informó de que mantendrá su decisión de no investigar las acusaciones de "tráfico para la explotación sexual" contra Epstein. La Policía confirmó la semana pasada en un comunicado que en julio de 2015 recibió una denuncia por delitos "no recientes" contra el norteamericano y una mujer británica, pero considera que el caso está "principalmente centrado en actividades y relaciones fuera del Reino Unido".
“Esta no es una historia de sexo sórdido. Esta es una historia de trata de personas. Es una historia de abuso y es una historia en la que está involucrado un miembro de la familia real”, asegura Virginia Roberts -ahora Giuffre-, la mujer que denuncia haber mantenido relaciones con el príncipe Andrés, cuando solo era una menor, por órdenes de Jeffrey Epstein.