Así serán los cuatro días de Navidad de Urdangarin: con toda su familia en Vitoria

En casa está todo preparado. Miguel e Irene, los pequeños, empiezan sus vacaciones navideñas el próximo viernes 13 de diciembre. Pablo tendrá un receso deportivo estas fiestas y Juan, el mayor, anda yendo y viniendo a España de forma habitual. Solo falta que la infanta Cristina dé un paso atrás, de nuevo, y en lugar de volver a Zarzuela en Nochebuena, como hizo el año pasado, se quede con su familia nuclear: marido e hijos. Iñaki Urdangarin ya tiene autorizado su primer permiso, a falta de que lo ratifique el juez de Vigilancia Penitenciaria, para salir de prisión en Navidad. Cuatro días con sus noches.

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En la petición del preso debe constar una dirección concreta en la que pasará esos días y noches. Y en el caso de Urdangarin, esa dirección, según apuntan a Vanitatis fuentes de su entorno, será Vitoria.

La gran duda, pues, y que nadie podrá despejar hasta que haya pasado el momento, es si la Infanta volverá a aquel ostracismo del que tan entusiasmada salió el año pasado y decidirá quedarse junto a su marido. Lo que sí que se antoja imposible es que el marido de la Infanta pase alguna de las fechas señalas en el palacio de la Zarzuela. Si para estar localizable aporta una dirección en Vitoria, no se puede ir después a Barcelona, por poner un ejemplo.

Vitoria, punto de encuentro

¿Volverá pues el ostracismo ‘real’ en la vida de doña Cristina? “Lo más lógico sería que Urdangarin pase los días de permiso con su mujer y sus hijos en Vitoria”, nos cuentan desde su entorno. Allí vive su madre, Claire Liebaert, en los momentos en los que no está en Barcelona con la hermana mayor, Ana. Y el resto de hermanos, excepto Cristina Urdangarin, que reside en Minnesota.

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Los Urdangarin han sido un sostén clave, se ha dicho muchas veces, en la vida de la Infanta durante el largo proceso judicial del caso Nóos. Y “no se entendería que Iñaki no esté con los suyos los primeros días de permiso”, añaden las mismas fuentes.

Siempre localizable

Desde Instituciones Penitenciarias nos lo explican al detalle: cada preso tiene que dar una dirección concreta, con el nombre de la calle, el número, el piso, del lugar en el que quiere pasar su permiso, y de allí no puede moverse. Tiene que estar localizable en todo momento por si pasa algo.

Desde que se creara el famoso ‘cordón sanitario’ en torno a la Infanta y su marido, los Urdangarin no volvieron a Zarzuela ni para Navidad y fue el País Vasco el escenario natural de sus vacaciones. Desde Ginebra volaban a Vitoria en Navidades, y a Bidart en verano. Con alguna escapada a algún país extranjero: París, Berlín, Roma.

El matrimonio es tradicional y de costumbres arraigadas, con el sentimiento familiar muy profundo. Además, los meses que Urdangarin lleva preso le han servido para acercarse más a la religión, lo que le otorga un sentido más especial a estas fiestas.

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Un primer permiso sirve, indican desde Instituciones Penitenciarias, para preparar al preso para su libertad. No pueden afirmar que este sea el primer paso para un futuro tercer grado, calificación penitenciaria que reclama Urdangarin desde el primer día que entró en prisión, pero sí que su futuro dependerá mucho de cómo se desarrollen estos días.

Como cualquier otro preso, mientras no delinca, fuera de prisión podrá hacer vida normal. Es decir, podrá tener su propio móvil y comunicarse con quien quiera, además de moverse con libertad siempre y cuando no se extralimite. Y todo indica, si no hay cambios, que la familia Urdangarin de Borbón pasará cuatro días juntos de nuevo en casa. En Vitoria.