El príncipe Carlos precipita su plan en el que solo entran los Sussex y los Cambridge
Kate, Meghan, Harry y Guillermo darían un nuevo impulso a una institución que, cuestionada como pocas veces tras los últimos acontecimientos, parece necesitarlo más que nunca
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El plan de reducir el número de miembros que compone la familia real británica al núcleo duro más inmediato en descendencia es algo con lo que, según coinciden numerosos expertos, el príncipe Carlos lleva mucho tiempo en mente. Esto significaría otorgar funciones y títulos reales, así como una dotación por sus servicios a la Corona, a sus descendiente más directos y a su esposa.
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Según las últimas informaciones, la reina Isabel II estaría pensando ya en retirarse dentro de 18 meses y ceder el trono a su hijo. Si esto llega a ocurrir, es probable que el príncipe Carlos decida iniciar una nueva era con una Casa Real renovada en la que debe tener cabida sangre nueva. En este sentido, el núcleo duro del nuevo monarca estaría formado por su esposa, Camilla, sus hijos, Harry y Guillermo, y las esposas de estos, Meghan Markle y Kate Middleton. Pero los últimos hechos acontecidos dentro de la familia podrían estar precipitando los planes de Carlos.
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Tras el escándalo del caso Epstein, el príncipe Andrés se ha visto forzado a renunciar a sus funciones como miembro activo de la Corona. No parece que vayan a correr mejor suerte sus dos hijas, Beatriz y Eugenia de York. Aunque su padre ha luchado durante años para darles un lugar notorio dentro de la familia real británica, no parece factible que el príncipe Carlos desee que los York tengan mucha visibilidad.
El hijo de Isabel II, según indica 'The Daily Mail', se ha reunido en la residencia real de Sandringham con su padre, el duque de Edimburgo, para comenzar a preparar su papel como príncipe regente cuando Isabel II cumpla 95 años y él empiece a asumir las funciones de la actual monarca. En estos preparativos, la idea de la reducción del núcleo duro de los miembros en los que se apoyará, parece que se ha puesto ya en marcha de manera inevitable.
Fuera de sus planes quedarían los primos de la reina, el duque de Kent y la princesa Alexandra, y el duque y la duquesa de Gloucester, que ya cuentan con avanzadas edades propias para jubilarse.
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Tampoco parece que vayan a tener un hueco sus hermanos Eduardo y Ana. Toda la visibilidad la acapararán los miembros más jóvenes de la familia: sus hijos y sus nueras. Los más adultos y experimentados de la Corona ya han tenido su tiempo de gloria, de servicio a la Corona y también sus momentos de escándalos que el príncipe Carlos no parece dispuesto a aguantar por mucho más tiempo.
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Kate, Meghan, Harry y Guillermo darían un nuevo impulso y aire renovado a una institución que, cuestionada como pocas veces antes tras los últimos acontecimientos, parece necesitarlo más que nunca.
El plan de reducir el número de miembros que compone la familia real británica al núcleo duro más inmediato en descendencia es algo con lo que, según coinciden numerosos expertos, el príncipe Carlos lleva mucho tiempo en mente. Esto significaría otorgar funciones y títulos reales, así como una dotación por sus servicios a la Corona, a sus descendiente más directos y a su esposa.