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Regalos absurdos y una báscula: las curiosas costumbres de la Navidad de los Windsor
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NAVIDADES ROYAL

Regalos absurdos y una báscula: las curiosas costumbres de la Navidad de los Windsor

La familia real británica es muy fiel a algunas tradiciones instauradas hace un siglo, con las que también cumplirán estas navidades, marcadas por la ausencia de Meghan y Harry

Foto: La familia real británica durante el último Trooping the Colour. (Reuters)
La familia real británica durante el último Trooping the Colour. (Reuters)

Desde este viernes, la reina Isabel II se encuentra en Sandrigham, su residencia de 32 kilómetros cuadrados en el área de Norfolk, para recibir a su familia -o, al menos, parte de ella- de cara a celebrar la Navidad. Una cita que este año viene marcada por el ingreso hospitalario del duque de Edimburgo, pero pese al cual la monarca no ha cambiado sus planes. Y es que, según informaciones oficiales, su estancia en el centro Eduardo VII es solo una medida de precaución y es más que probable que vuelva a Sandrigham -donde vive la mayor parte del año- a tiempo para disfrutar del férreo pero divertido protocolo navideño que se sigue durante la tarde de Nochebuena y la mañana de Navidad y en el que él tiene un papel muy importante.

Aunque ya se sabían algunas de las costumbres que tienen los Windsor para estos dos días, gracias a la reciente emisión del documental 'Sandringham: The Queen at Christmas', hemos conocido algunos secretos y anécdotas de la celebración familiar, como los cócteles que prepara el duque de Edimburgo para dar por iniciada la cena, a las 19:30 de la tarde, con regia puntualidad británica, o la competencia que existe entre unos y otros cuando llega la hora de los juegos de mesa. La velada nunca acaba antes de que se retire la reina Isabel, como tampoco lo hacía cuando vivía la reina madre, por lo que suele durar hasta las 2 o las 3 de la mañana.

placeholder La reina Isabel, en la misa de Navidad. (Reuters)
La reina Isabel, en la misa de Navidad. (Reuters)

Tal y como confirmaba la propia Kate Middleton en el programa 'A Berry Royal Christmas', tienen por costumbre intercambiarse los regalos la noche del 24, en lugar de encontrarlos bajo el árbol la mañana de Navidad. Y precisamente en la parte de los regalos es donde vemos el carácter más bromista de los Windsor, ya que la costumbre es que sean cuanto más absurdos, mejor. Cuentan que el príncipe Harry regaló un peine a su hermano Guillermo cuando empezó a perder pelo o que la princesa Diana se presentó con un jersey de cachemir para la princesa Ana, mientras que recibió a cambio un rollo de papel higiénico cuidadosamente envuelto.

Ya metidos en cuestiones culinarias, la cena consta de un menú de seis platos con puré de patatas, coles de Bruselas o tocino rallado, además de pavo asado, que suele ser el plato principal. Y aquí llega otra de las costumbres más curiosas de los Windsor, instaurada por el rey Eduardo VII en el siglo XIX. Todos los miembros de la familia se pesan en una báscula antigua antes y después de la cena para que el anfitrión, en ese caso, Isabel II, confirme que sus invitados se han quedado satisfechos con el banquete.

placeholder Los duques de Cambridge, junto a su hija Charlotte durante el almuerzo navideño en Buckingham el pasado miércoles. (EFE)
Los duques de Cambridge, junto a su hija Charlotte durante el almuerzo navideño en Buckingham el pasado miércoles. (EFE)


Ya el día 25, tienen que madrugar para ir nada menos que a dos misas. Una privada, a las 9 de la mañana en la capilla de Sandringham. La otra, unas horas más tarde en la iglesia de Santa Magdalena, un acto público que sirve para que podamos ser testigos de la reunión familiar. Aunque este año el número de asistentes mermará un poco por la ausencia del príncipe Harry y Meghan Markle, todo apunta a que se unirán a los duques de Cambridge sus hijos mayores, George y Charlotte, que hasta ahora se quedaban con el resto de niños en Sandringham disfrutando de sus regalos navideños.

placeholder Los duques de Cambridge y los duques de Sussex, junto al príncipe Carlos en la misa navideña del año pasado. (Reuters)
Los duques de Cambridge y los duques de Sussex, junto al príncipe Carlos en la misa navideña del año pasado. (Reuters)

Desde este viernes, la reina Isabel II se encuentra en Sandrigham, su residencia de 32 kilómetros cuadrados en el área de Norfolk, para recibir a su familia -o, al menos, parte de ella- de cara a celebrar la Navidad. Una cita que este año viene marcada por el ingreso hospitalario del duque de Edimburgo, pero pese al cual la monarca no ha cambiado sus planes. Y es que, según informaciones oficiales, su estancia en el centro Eduardo VII es solo una medida de precaución y es más que probable que vuelva a Sandrigham -donde vive la mayor parte del año- a tiempo para disfrutar del férreo pero divertido protocolo navideño que se sigue durante la tarde de Nochebuena y la mañana de Navidad y en el que él tiene un papel muy importante.

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