Más de 10 escoltas, furgoneta Mercedes V... El 'show' (involuntario) de Urdangarin en Vitoria

Ha dado la sensación de que estaba todo ensayado, todos los detalles, desde la llegada en una furgoneta Mercedes V hasta el paseo por el parque Delta. Iñaki Urdangarin, la infanta Cristina y sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, se mostraron felices y sonrientes en todo momento durante las primeras imágenes de ellos juntos desde que el exduque de Palma entrara en prisión. Todo parecía ensayado, decíamos, pero por si había algún imprevisto, se contaron hasta 11 miembros de seguridad custodiando a la familia.

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“Fuera de la iglesia, durante la misa, había nueve agentes de seguridad de paisano, que los contamos uno a uno, y dentro había otros dos como mínimo”, revelan a Vanitatis desde ‘Gasteiz Hoy’, periódico local de Vitoria que estuvo presente durante el paseo, la misa y la vuelta a casa.

Todo sucedió según lo previsto. Urdangarin llegó a Vitoria sobre las 20:00 horas del martes tras pasar el día en el Hogar Don Orione, donde cada martes y jueves realiza un voluntariado. La familia al completo llegó a la capital vasca a bordo de una furgoneta Mercedes Clase V (Vito), que podría ser de alquiler y que en cualquier empresa de coches se ofrece por unos 65 euros al día (se vende nueva a partir de 53.000 euros). A la llegada conducía la Infanta, y su hijo mayor, Juan, iba de copiloto, tal como muestran las imágenes que hemos ido viendo. El resto iba detrás, con un Urdangarin agazapado al fondo del vehículo.

La iglesia, a 100 metros

Entraron en la urbanización en la que vive Claire Liebaert, en Ciudad Jardín, siempre acompañados por los escoltas, en este caso dos, quienes les ayudaron además con las maletas. La relación de los hijos de los exduques de Palma con sus guardaespaldas parece muy cordial, charlan y bromean con ellos como si se conocieran de hace tiempo.

Al día siguiente, Navidad, la familia al completo salió de casa ante las decenas de medios que se han apostado a las puertas del domicilio familiar estos días. Vestido con una chaqueta de la marca Art’Teryx (un modelo que cuesta como mínimo 170 euros), el preso más famoso de España caminaba feliz junto a los suyos y en un momento dado llegó incluso a decir a los medios cómo se sentía: “Muy contento, claro”.

Vecinos de toda la vida

Caminaron los aproximadamente 100 metros que separan la casa de la iglesia de la Sagrada Familia y allí se encontraron con numerosos vecinos de toda la vida que daban abrazos y palmadas de cariño a Urdangarin. En ese momento fue cuando entraron en acción la decena de escoltas que el citado medio contó con esmero. Ni un metro sin seguridad.

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Desde el Palacio de Zarzuela nos recuerdan que ellos nunca dan información sobre la seguridad de la Casa Real, pero que además la de doña Cristina no depende de ellos, puesto que no forman parte de la familia real. Depende, pues, del Ministerio del Interior, que tampoco nos ha podido confirmar el número de agentes de paisano responsable de la seguridad de la hermana del rey Felipe VI y su familia. El Ministerio matiza, eso sí, que no es descabellado que hubiera tantos. La Delegación del Gobierno en el País Vasco tampoco ha podido confirmar los datos. Los guardaespaldas, según el mismo periodista que estuvo todo el día siguiendo a la familia Urdangarin de Borbón, estaban relajados y se mostraron en todo momento de muy buen humor.

A Iñaki Urdangarin todavía le quedan unos días para exprimir al máximo con los suyos. Normalmente, la familia se solía desplazar al restaurante Casa Felipe, ahora llamado Txertena, situado en la calle de los Fueros. También hemos hablado con ellos y entre risas aseguran que no tienen ninguna reserva a nombre de Urdangarin para estos días. ¿Han reservado con otro nombre o no saldrán más de casa? Todo puede ser.