Fallecimiento de la infanta Pilar: la visita de Felipe y Letizia a la capilla ardiente

Eran las siete en punto de la tarde cuando don Felipe y doña Letizia llegaban a la casa de la urbanización Puerta de Hierro en la que doña Pilar vivía junto a su hijo Fernando, centro de reuniones y celebraciones familiares y que en la tarde de este miércoles se convertía en el escenario de su capilla ardiente. Los Reyes llegaban en coche hasta la misma entrada de la vivienda, donde eran recibidos por Fernando, el hijo pequeño de la duquesa de Badajoz, primo hermano del monarca y quien ha estado cuidando a la hermana del rey Juan Carlos hasta su último suspiro, ya que era el único que vivía en el domicilio familiar.

Dentro, esperaban los hermanos Gómez-Acebo al completo: Simoneta, Juan, Bruno y Beltrán, a los que don Felipe y Doña Letizia, que han acudido al velatorio de su tía vistiendo de riguroso luto, han prestado todo su apoyo y cariño. La tristeza que ha inundado a la familia Borbón por el fallecimiento de doña Pilar se notaba en los rostros de ambos, especialmente de don Felipe, quien además tenía una estrecha relación con algunos de sus primos, siendo incluso el padrino de bautismo de María, la hija de Simoneta Gómez-Acebo y José Miguel Fernández Sastrón, y de Luis, el segundo hijo de Beltrán Gómez-Acebo y Laura Ponte.

Poco después de los Reyes, llegaban la infanta Margarita, hermana menor de doña Pilar, y la infanta Elena, acompañada de sus dos hijos, por lo que coincidían con don Felipe y doña Letizia en el interior. Tampoco ha querido faltar al último adiós de su tía abuela Juan Urdangarin, así como los Reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía, que no podían disimular su pesar, especialmente el monarca, quien pierde a su hermana mayor, además de una amiga leal y un apoyo durante toda su vida. Poco podía imaginar la familia de Borbón y Grecia en Nochebuena que volverían a reunirse en pocos días para un acontecimiento tan diferente.