El rey Juan Carlos y la relación con sus hermanas: "Siempre nos ha cuidado mucho"
Aunque no es tan visible como la de la reina Sofía con Constantino e Irene, el padre del Rey ha mantenido siempre una relación fraternal con las infantas Margarita y Pilar
La relación del rey Juan Carlos con sus hermanas, las infantas Pilar (fallecida este miércoles a los 83 años) y Margarita, no ha sido tan visible como la de la reina Sofía con su familia griega, que durante muchos veranos acudían al palacio de Marivent para pasar las vacaciones. Una convivencia veraniega que no siempre se entendió. En cambio, las hermanas Borbón y Borbón (su apellido completo) no han querido esa intimidad pública y aparentemente tampoco han utilizado los resortes privados como otros parientes reales para su beneficio propio, tipo Sarah Ferguson.
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Hace años hubo un intento por parte de Mario Conde de favorecer a la infanta Pilar y, durante un tiempo, tuvo un despacho a cargo de Banesto por orden del banquero todopoderoso. Por recomendación del general Sabino Fernández Campo, el Pepito Grillo de Zarzuela, esa historia laboral tuvo una trayectoria efímera y lo mismo que empezó se acabó.
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Cuando se quedó viuda con seis hijos a su cargo, uno de los apoyos importantes fue precisamente el hermano Rey. Reconocía hace unos días en la presentación del rastrillo solidario de Nuevo Futuro que la muerte de su marido, Luis Gómez-Acebo, un hombre bueno y cariñoso, fue un shock del que tardó en recuperarse: “Pero tuve a mi hermano. Es una persona que siempre se ha ocupado de nosotras, de las dos”, dijo, refiriéndose al manto protector afectivo que ha ejercido hacia ellas, aunque hayan tenido sus vidas independientes sin participar en esos veranos familiares de los que sí disfrutaban 'los griegos'.
De hecho, la duquesa de Badajoz es propietaria de una casa en la urbanización Sol de Mallorca y pisa poco el palacio de Marivent. Y la infanta Margarita prefiere instalarse en Estoril, donde tiene su grupo de amigos desde la etapa en la que la familia real vivía el exilio en Portugal.
Esa unidad fraternal ha sido poco visible hasta que en estos últimos años don Juan Carlos ha frecuentado más a su familia directa, dicen que por esa soledad desde que dejó de ser Rey titular. Si está en Madrid y no tiene ninguna cita a mediodía con sus amistades, se acerca al chalé de Puerta de Hierro y comparte almuerzo con la infanta Pilar y con alguno de los hijos Gómez-Acebo. En más de una ocasión ha declarado: “En casa de mi hermana se come de maravilla. Por eso voy”. Para el mercadillo de Nuevo Futuro, el hermano Rey cede chaquetas, jerseis y corbatas para la subasta. “Es ropa muy buena y encima al ser suya la gente puja muy alto”, explicaba. Este año está esperando una nueva remesa.
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Don Juan Carlos apoyó desde el primer momento la decisión de su sobrina María Zurita de ser madre soltera y quiso ser la representación oficial en el bautizo de Carlitos y en la fiesta posterior en el club Puerta de Hierro. También estuvo muy pendiente cuando el parto se adelantó y hubo un serio peligro de que este primer nieto de la infanta Margarita saliera adelante. Todos estos apoyos no son muy conocidos porque las hermanas han preferido mantener esa intimidad en privado. Y ha sido ahora, con la declaración de doña Pilar, cuando ha tenido más repercusión.
El Rey también se ha opuesto a una decisión que ha planteado en ocasiones la duquesa de Soria. A pesar de su ceguera, ha sido siempre una mujer independiente que hizo su carrera de Enfermería, cuidó a sus hijos y ha tenido representación en varias fundaciones tanto ejecutivas como honoríficas. Los años y el hecho de tener que utilizar la silla de ruedas la han hecho más dependiente. Y es una situación que no le gustaba. Por eso, y antes de que llegara a la casa el bebé Carlitos, planteó a su familia la posibilidad de instalarse en una residencia, donde aseguraba que estaría muy bien atendida. Decía que así no daba la lata a sus hijos y a nadie de su entorno. Cuando don Juan Carlos se enteró, cuentan que la respuesta que le dio a su hermana fue contundente. Más o menos le dijo que ella tenía su casa y que ahí es donde tenía que vivir.
La relación del rey Juan Carlos con sus hermanas, las infantas Pilar (fallecida este miércoles a los 83 años) y Margarita, no ha sido tan visible como la de la reina Sofía con su familia griega, que durante muchos veranos acudían al palacio de Marivent para pasar las vacaciones. Una convivencia veraniega que no siempre se entendió. En cambio, las hermanas Borbón y Borbón (su apellido completo) no han querido esa intimidad pública y aparentemente tampoco han utilizado los resortes privados como otros parientes reales para su beneficio propio, tipo Sarah Ferguson.