Las dos familias rotas de Meghan Markle: una compleja situación afectiva
La decisión que han tomado los duques de Sussex ha tensado la cuerda de las relaciones en el seno de los Windsor
Si hay alguien que no está pero se le espera siempre que le ocurre algo, relevante o no, a Meghan Markle, ese es su padre, el operador de cine retirado Thomas Markle, quien se ha convertido en un filón para los tabloides británicos desde que trascendiera el noviazgo de la protagonista de la serie 'Suits' con el príncipe Harry.
Por supuesto, no tardó en pronunciarse respecto a la decisión de los duques de Sussex de dar un paso atrás. Aunque su opinión no es en ningún sentido vinculante, ya que no ve a su hija desde antes de su boda, a la que no fue invitado porque le pillaron con las manos en la masa forjando un montaje periodístico, él no perdió la ocasión esta semana de volver al primer plano. Y con maestría, porque, como en un cebo televisivo, se ha dejado lo mejor en la recámara.
"Estoy decepcionado", manifestaba el operador de cine retirado, quien ha sido uno de los principales quebraderos de cabeza de su hija gracias a sus extemporáneas entrevistas o a episodios tan poco edificantes como que hiciera pública una carta manuscrita que Meghan le había enviado, poniéndola, metafóricamente hablando, a los pies de los caballos.
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Por faltas de lealtad como esta, su hija no ha accedido en todo este tiempo a sus reiteradas e hiperbólicas peticiones en los medios de comunicación para reconciliarse. Hechas, dicho sea de paso, en los medios de comunicación a los que el príncipe Harry tiene demandados y que, a juzgar por los acontecimientos, podrían haber tenido un papel crucial en la decisión tan trascendental que han tomado sin antes haberla consensuado o consultado con Buckingham.
Otra de las figuras estelares en el complicado entramado familiar de Meghan Markle ha sido su hermana de padre, Samantha, quien también ha estado disponible para los medios de comunicación para seguir sembrando la discordia.
"Espero que Archie se convierta en un ardiente liberal que se aventure a conocer a su familia por sí mismo y ojalá no haya muerto todo el mundo cuando llegue ese momento", ha afirmado recientemente Samantha, quien amenaza con escribir diversos libros en los que seguir aireando sus diferencias familiares porque "ella no tiene el copyright y no me va a decir lo que puedo o no contar sobre mi vida o la de mi padre".
Su hermano mayor, Thomas, al igual que Samantha, fruto del primer matrimonio de su padre con la secretaria Roslyn Loveless, también ha sido otra fuente inagotable de noticias. El pasado mes de mayo declaraba a 'The Sun' que se encontraba en el peor momento de su vida, después de que perdiera su trabajo de cristalero y le echaran de la casa en la que estaba viviendo, acusado, además, de haber generado enormes desperfectos en la vivienda. Y también su hijo, otro Thomas más, está en un momento muy delicado después de que fuera arrestado el pasado mes de septiembre en las calles de Hollywood, por las que deambulaba desnudo y bajo los efectos de estupefacientes.
Thomas, de 28 años, ha solicitado que en lugar de ir a juicio le den la opción de entrar en un programa para recuperar la salud mental en Oregón, donde nació y reside su progenitor, consciente de que podría llegara a ser condenado a tres años de cárcel por resistencia a la autoridad. En general, en California, si se demuestra que esos tratamientos han tenido éxito, suelen desestimar los cargos, pero no será hasta el mes que viene cuando el juez le comunique si puede acogerse a esta opción o no.
La familia paterna de Meghan Markle ha sido una losa que ha pesado mucho, no así la de su madre, Doria Ragland, quien sí ha tenido una presencia muy activa en la vida de los Sussex y a tenor de sus planes, todavía en una fase muy preliminar, la seguirá teniendo, aunque tan solo sea por proximidad geográfica, ya que reside desde 2011 en una casa que heredó de su padre en California.
La decisión de los Sussex de dividir su tiempo entre el Reino Unido y Norteamérica ha supuesto también un cierto cisma familiar, al haberse saltado el protocolario y preceptivo paso de comunicarlo y consensuarlo con Buckingham. Diversos analistas sostienen que el motivo sería que, ante los hechos consumados, a la Corona le va a resultar mucho más complicado frustrar sus planes, pero en palacio ha sido un jarro de agua fría después del annus horriblis que han vivido con el príncipe Andrés.
Durante los últimos meses ha proliferado mucha literatura sobre las supuestas desavenencias entre Harry y su hermano, Guillermo, (también entre las cuñadas) y para el recuerdo queda el apelativo los 'Fabulosos Cuatro' que la prensa británica acuñó para apostar claramente por los Sussex y los Cambridge como dos matrimonios que iban a revitalizar a la Casa Real británica. Eran otros tiempos...
Si hay alguien que no está pero se le espera siempre que le ocurre algo, relevante o no, a Meghan Markle, ese es su padre, el operador de cine retirado Thomas Markle, quien se ha convertido en un filón para los tabloides británicos desde que trascendiera el noviazgo de la protagonista de la serie 'Suits' con el príncipe Harry.