Meghan Markle, retratada como una mujer sin estilo y muy pesada en 'El nuevo Papa'

Había unas expectativas enormes con la llegada de 'El nuevo Papa', continuación de 'El joven Papa', dirigida por el oscarizado Paolo Sorrentino, artífice también de 'La gran belleza', 'Il divo' o 'La juventud'. Lo que pocos podían imaginar era que nos íbamos a encontrar con la presencia virtual de Meghan Markle en un momento de tanta trascendencia mediática como ha sido el paso atrás que su marido y ella han dado, poniendo así en jaque a la monarquía británica.

Como si de una estrategia de marketing se tratara, aunque en este caso ha sido completamente involuntario, HBO ha estrenado esta serie con un timing que ni el mejor de los publicistas hubiera soñado. Por supuesto, para los de la plataforma en streaming, no para los Sussex ni para la propia Casa Real, que después del annus horribilis del príncipe Andrés está dando pasos agigantados para apagar el incendio que han provocado el príncipe Harry y la que fuera actriz de la serie 'Suits'.

En la serie, el Papa Juan Pablo III, por supuesto, un personaje de ficción, está interpretado por John Malkovich, quien antes de convertirse en Sumo Pontífice, es John Brannox, un aristócrata inglés sofisticado y con un pasado atribulado que supuestamente mantiene una relación muy fluida con Meghan, a quien estratégicamente no añaden el apellido Markle, aunque es más que evidente a quién están aludiendo.

El retrato que se hace de Meghan no es precisamente favorable, sino más bien de una mujer pesada y que requiere los consejos del aristócrata, que exclama cuando le trae el teléfono su mayordomo: "¡Qué pesadez! Lleva el Dior amarillo porque así contrasta con tu complexión".

Con cara de hastío, Brannox replica: "No, Meghan, soy inflexible, ponte el amarillo", manifiesta el que acaba convirtiéndose en Juan Pablo III, sobre un color que Meghan no ha lucido nunca, aunque sí ha llevado en algunas ocasiones trajes de Dior, como en su viaje a Marruecos o en el bautizo de su hijo Archie.

"Quieren ser influencers, pero no tienen ni idea de cómo combinar los colores", afirma en un tono sardónico y despreciativo. "Me llama 25 veces al día para consejos de belleza. Piensa que soy gay", mantiene después con ironía y hastío. Y una vez que acepta ser Papa asegura: "¿Qué va a hacer Meghan sin mí?".

Este tipo de comentarios adquieren un mayor tono irónico si tenemos en cuenta que Meghan mantuvo con mucho éxito el blog 'The Tig', en el que daba consejos de lifestyle, belleza, moda, decoración, restaurantes y hasta recetas. Cuando se hizo público su compromiso matrimonial, se cerró y se dio carpetazo a sus tres años de trabajo.

No es la única referencia a Meghan Markle que está habiendo en estos días en las plataformas de televisión en streaming, ya que en uno de los capítulos de la nueva temporada de 'Grace and Frankie', protagonizada por Jane Fonda y Lily Tomlin y recién estrenada en Netflix, se hace mención a la boda de los Sussex cuando una de sus protagonistas, Brianda (June Diane Raphael), hija en la ficción de Fonda, dice en una reunión familiar, en la que están compartiendo un juego de adivinanzas, que ella se sabe de memoria los nombres de todos los invitados a la boda del príncipe Harry,

Estas dos menciones de distinto signo ponen de manifiesto la magnitud de la popularidad alcanzada por Meghan Markle hace algo más de dos años cuando se anunció su compromiso matrimonial con el nieto de la reina Isabel II. Hasta ese momento, la actriz solo era reconocida por los seguidores de su blog y los fans de la serie 'Suits', que está también disponible en Netflix y en la que cobraba, al parecer, 50.000 dólares por capítulo, lo que es una cifra no desdeñable, pero no a la altura de las grandes estrellas.