Las fotos que han desatado la ira de Harry y Meghan Markle contra los paparazzi
La pareja ha asegurado que tomará medidas legales si la persecución a la que dicen verse sometidos en Canadá no disminuye
Parece que ni siquiera a miles de kilómetros de Londres, Meghan Markle y el príncipe Harry van a encontrar la tranquilidad que tanto anhelaban y por la que han querido salir de la Casa Real. Y es que, como era de esperar, desde que la duquesa de Sussex volviera a Canadá para reunirse con su hijo, varios paparazzi hacen guardia cerca de la casa en la que se alojan para poder tener pruebas gráficas de su nueva vida en el país norteamericano. Y parece que su presencia ha acabado con la paciencia de la pareja, que ya ha amenazado con tomar acciones legales si no cambia la situación.
Además de en el aeródromo de Vancouver o recogiendo con su coche a una amiga en el aeropuerto, también los paparazzi captaban a Meghan este pasado lunes paseando con Archie en un parque cercano a su casa. En las imágenes, que daban varios medios británicos en portada, veíamos a la exactriz más que sonriente. Pero parece que su cara no era el reflejo de sus pensamientos, ya que estas fotografías han sido la gota que ha colmado el vaso: la pareja las considera "inaceptables", ya que lo consideran un momento privado y alegan que fueron tomadas sin su consentimiento. Algo que, por otra parte, es lo más habitual cuando se trata de fotografiar a las celebrities en su día a día.
En su queja también reflejan que los paparazzi permanecen día y noche apuntando con sus objetivos de largo alcance dentro del recinto en el que se sitúa la casa donde hasta el momento están alojados, algo que para ellos es ilegal y no están dispuestos a permitir, por lo que amenazan con denuncias a cada uno de los fotógrafos. Sería ya la segunda batalla legal que emprende la pareja contra los medios de comunicación, después de la demanda que interpusieron hace unos meses a varios grupos editoriales por el trato que ha recibido Meghan desde su llegada a la familia real.
Ahora bien, la duda es si realmente Meghan y Harry pensaban que, yéndose al otro lado del Atlántico y dando un paso atrás con respecto a la Corona, dejarían de ser objeto de atención por parte de los medios y tendrían más protección que estando bajo el paraguas de Buckingham. Eso es, al menos, lo que se desprende de las palabras que el duque de Sussex pronunciaba en la cena benéfica de la fundación Sentebale: "Espero que esto ayude a comprender a qué se debe llegar, que aleje a mi familia de todo lo que he conocido, para dar un paso adelante en lo que espero pueda ser una vida más pacífica".
Como ya ha dejado claro el príncipe Harry en numerosas ocasiones, culpa a la prensa de la muerte de su madre, Diana de Gales, y es lógico que no quiera que su mujer tenga la misma persecución mediática. Pero parece que, al menos durante un tiempo, la pareja tendrá que soportar la incómoda, aunque -muy a su pesar- legal situación.
Parece que ni siquiera a miles de kilómetros de Londres, Meghan Markle y el príncipe Harry van a encontrar la tranquilidad que tanto anhelaban y por la que han querido salir de la Casa Real. Y es que, como era de esperar, desde que la duquesa de Sussex volviera a Canadá para reunirse con su hijo, varios paparazzi hacen guardia cerca de la casa en la que se alojan para poder tener pruebas gráficas de su nueva vida en el país norteamericano. Y parece que su presencia ha acabado con la paciencia de la pareja, que ya ha amenazado con tomar acciones legales si no cambia la situación.