Un año del Megxit - Las lágrimas de Meghan al despedirse de su equipo: "No tenía que ser así"

'Fue un adiós muy doloroso, pero ya se me ha pasado', dice una conocida canción de Extremoduro. Un verso que describe tal cual lo que le pasó a Meghan Markle al despedirse de Reino Unido, de su vida oficial y, sobre todo, del personal de Buckingham que había estado trabajando con ella y con el príncipe Harry hasta entonces. En realidad, el momento del llanto y el 'bye, bye' tuvieron lugar en el mes de marzo, aunque tal día como hoy, 8 de enero, pero de 2020, empezaba el principio del fin: el Megxit se ponía en marcha y tendría su momento más íntimo y lacrimoso rozando la primavera, cuando la duquesa de Sussex mantuvo una reunión con distintos estudiantes y académicos de la Asociación de Universidades de la Commonwealth, de la que era mecenas desde que la reina Isabel le cediera el cargo en enero de 2019.

Tras las conversaciones en corrillo y las fotografías oficiales, Meghan tenía que prepararse para asistir a la misa en la abadía de Westminster, pero aún hubo tiempo para despedirse de su equipo de trabajo. Tal como cuenta la periodista Victoria Murphy, presente esa mañana en Buckingham, la duquesa de Sussex se dio cuenta de que no sabía cuándo volvería a ver a las personas que habían trabajado para ella de forma tan leal. Abrazó a todos y cada uno de ellos sin poder evitar que afloraran sus sentimientos y sus lágrimas.

Omid Scobie fue otro de los invitados a la reunión privada. El periodista escribía sobre aquel emocionante día en la biografía ‘Finding Freedom’, que llegó a las tiendas el año pasado.

El autor afirma que, después del discurso, Meghan conversó con la gente individualmente y lo abrazó. Fue entonces cuando la duquesa pronunció unas palabras que sonaban a derrota y frustración, como cuenta en su libro: “El personal que había estado con la pareja desde el primer día estaba de luto por el final de lo que se suponía que era una historia feliz: dos personas se enamoran, se casan, tienen un bebé, sirven a la reina, fin. En cambio, estaban abandonando el país. Cuando Meghan me dio un último abrazo de despedida, me dijo: 'No tenía por qué ser así”.

El autor recuerda también la presencia del hijo de Carlos y Diana y cómo la emoción se desbordó: "Harry se deslizó silenciosamente por la puerta de la Sala 1844 para saludar, y la realidad y las emociones finalmente brotaron… Meghan se dio la vuelta para despedirse de las últimas personas que quedaban en la sala que estaba casi vacía… Las lágrimas que la duquesa había estado reteniendo fluyeron libremente”, sigue contando en su libro. “No puedo creer esto”, concluyó la exactriz abrazando a una de los miembros de su equipo antes de marcharse.

No sabemos si se replanteó su decisión en ese momento tan emotivo, pero, desde luego, la duda que pudiera surgirle se le disipó al entrar en la abadía de Westminster y reunirse con su familia política. Así lo contó una fuente muy cercana a la exactriz al 'Daily Mail': "Todavía es extraño para ella que nadie la abrace y que todos estén tan tensos, especialmente Kate. Ella dijo que es obvio que Kate y Guillermo no aprueban su decisión y que se podía cortar la tensión con un cuchillo. Kate apenas la miró y su interacción se mantuvo al mínimo".

Según la misma fuente, aquellos convulsos días en Reino Unido fueron la confirmación de que tomaron la decisión correcta: "No hay calor entre los miembros de la familia y ella quiere criar a Archie en un hogar lleno de risas, alegría y muchos abrazos''.