Felipe VI y don Juan Carlos: el año que vivieron peligrosamente y se evitaron
Cronología de 12 meses en los que el rey Felipe VI ya había sido informado de la existencia de la fundación y coincidió lo imprescindible con su padre
Cuando este domingo 16 de marzo, Casa Real hacía llegar en torno a las 20:00 horas un comunicado en el que se anunciaban dos decisiones contundentes de Felipe VI con respecto a la figura de su padre, la renuncia a una posible herencia futura y la eliminación de su asignación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, se volvía a establecer un cordón sanitario para resguardar la institución, como ya se hiciera cuando la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, que ahora cumple su pena en la cárcel de Brieva. Solo que en esta ocasión tiene un mayor peso simbólico al tratarse de medidas muy drásticas que afectan al que fuera jefe del Estado hasta su abdicación el 18 de junio de 2014.
En el comunicado se hace saber que Felipe VI estaba informado desde hace un año de cómo estaban las cosas, algo que, evidentemente, ponía en una situación muy incómoda al actual monarca: "Mediante carta de fecha 5 de marzo de 2019, dirigida a la Casa de S.M. el Rey por el despacho de Abogados Kobre&Kim (U.K.), Su Majestad el Rey tuvo conocimiento -sin ninguna justificación documental- de su supuesta designación como beneficiario de la “Fundación Lucum”, desde el momento en el que se produjese el fallecimiento de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos".
¿Qué ha pasado durante este año? ¿Cuántas veces han coincidido en público los reyes Felipe VI y Juan Carlos? Un día después de que el rey Felipe tuviera conocimiento de todo ello mediante comunicación del despacho de abogados que defiende los asuntos de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, celebraba su cumpleaños la infanta Margarita, hermana del Rey emérito, pero este no acudió a pasarlo con ella.
Sin embargo, don Juan Carlos hacía su reaparición tras un viaje privado a Estados Unidos cuya finalidad no fue desvelada, precisamente por su naturaleza 'privada', el 10 de marzo en la Feria del Milagro de Illescas, una cita a la que no ha acudido este año, ya estallado el escándalo por el cobro de una supuesta comisión de la monarquía saudí, y lo hacía junto a una de sus más fieles escuderas, la infanta Elena, y una de las figuras de su familia con la que más se ha dejado ver en público.
De hecho, unos días más tarde volvían a coincidir en la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro (también estaban sus nietos Froilán y Victoria Federica). Una comparecencia marcada por un ojo morado, porque había sido intervenido de una lesión cutánea en la piel por su exposición al sol.
Sin embargo, durante estos doce meses, padre e hijo no se han dejado ver en público juntos ni han coincidido, salvo en ocasiones excepcionales. Debemos recordar que desde el pasado 2 de junio, el rey Juan Carlos estaba oficialmente jubilado. Al igual que Felipe de Edimburgo, no tenía obligación de ir a ningún acto institucional, lo que contrasta con la actividad de la reina Sofía, que no ha dado ese paso.
Antes de que llegara la jubilación, padre e hijo acudieron juntos en su calidad de presidente de honor y presidente fundador a la reunión del máximo órgano de gobierno de la Fundación Cotec, que tiene como objetivo hacer de la innovación un motor de desarrollo económico y social, pero también podrían haber coincidido en la tradicional misa de Pascua en abril, justo cuando se cumplía un año del tan traído y llevado rifirrafe entre las dos Reinas, y posteriormente llamó la atención la vuelta a Mallorca del Rey emérito, que aprovechaba para comer con Rafa Nadal y su familia (también iría a su posterior boda), pero que se marchaba antes de que llegaran Felipe y Letizia y sus hijas. De igual manera que el verano anterior una inoportuna lesión impidió que se le fotografiara con su padre en su esperada vuelta a la Copa del Rey de Vela.
Ese verano, el rey Juan Carlos fue operado con éxito de la implantación de un triple bypass en la clínica Quirónsalud Madrid, pero tampoco hubo fotografías ni a la llegada ni a la salida del centro hospitalario una vez recibió el alta médica, aunque sí las preceptivas visitas de sus familiares, entre ellos la infanta Cristina, que daba un paso de gigante en la rehabilitación pública de su imagen.
Tras esta operación, Juan Carlos I no bajó su actividad, pero siempre alejado de su hijo. Al menos, en público. Competiciones deportivas nacionales e internacionales (la Copa de Maestros de tenis en Londres o el mundial de Fórmula 1 de Abu Dabi, por ejemplo), cacerías, restaurantes de lujo... Actividades habituales de su 'dolce vita' que demostraron su fulgurante recuperación durante todos estos meses, en los que de nuevo un acontecimiento familiar le volvía a situar en el mismo escenario que su hijo: la muerte de su hermana Pilar de Borbón y su funeral en la basílica de El Escorial.
Evitaron coincidir, sin embargo, en el adiós al empresario y filántropo Plácido Arango el pasado mes de febrero. Los Reyes eméritos acudieron a la capilla ardiente y Felipe y Letizia al funeral en la basílica de San Jerónimo el Real de Madrid.
Cuando este domingo 16 de marzo, Casa Real hacía llegar en torno a las 20:00 horas un comunicado en el que se anunciaban dos decisiones contundentes de Felipe VI con respecto a la figura de su padre, la renuncia a una posible herencia futura y la eliminación de su asignación con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, se volvía a establecer un cordón sanitario para resguardar la institución, como ya se hiciera cuando la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, que ahora cumple su pena en la cárcel de Brieva. Solo que en esta ocasión tiene un mayor peso simbólico al tratarse de medidas muy drásticas que afectan al que fuera jefe del Estado hasta su abdicación el 18 de junio de 2014.