AirPods, tablets, teléfonos... El teletrabajo de Felipe y Letizia y sus colegas europeos

El coronavirus o cómo hacer que la vida de un continente entero prácticamente se paralice. Y con ello, el habitual trabajo de los royals europeos, que estos días han tenido que echar mano de todas las nuevas tecnologías a su alcance para que al menos las tareas que se pueden hacer desde su despacho no se queden pendientes. Es el caso de los reyes Felipe y Letizia, quienes, salvo alguna reunión puntual del monarca con el Gobierno o la visita que hacía este jueves al hospital instalado en Ifema, pasan muchas horas trabajando entre las paredes de Zarzuela, desde donde realizan llamadas de teléfono y videoconferencias, como la que mantenían con Juan Roig, presidente de Mercadona, y su equipo, en lo que suponía la reaparición gráfica de la Reina tras su cuarentena.

Lógicamente, no son los únicos. Algunos permanecen totalmente aislados y bajo vigilancia médica, como es el caso del príncipe Carlos de Inglaterra o Alberto de Mónaco, quienes han dado positivo en el test del coronavirus. Otros combinan salidas puntuales con teletrabajo, como la princesa Victoria de Suecia, quien ha estado visitando estos días centros de emergencia y siguiendo de cerca las necesidades de otras instituciones y organizaciones con las que está vinculada. Y todos han querido animar desde sus redes sociales a que se cumpla el confinamiento -recomendado en unos países, obligatorio en otros-, predicando con el ejemplo y dejando constancia de que siguen trabajando.

Los reyes Felipe y Letizia, realizando una videoconferencia desde el despacho del monarca en el palacio de la Zarzuela.

Federico de Dinamarca, con un iPad y gafas, en una imagen muy poco habitual, trabajando desde el vestíbulo del castillo de Brockdorff, su residencia en el recinto de Amalienborg.

Haakon de Noruega, con iPods y ordenador portátil, trabajando desde una de las estancias de Skaugum, la finca donde vive con su familia.

Victoria y Daniel de Suecia también trabajan desde el castillo de Haga, su residencia habitual, aunque han realizado algunas visitas puntuales a organizaciones y centros cuyo funcionamiento es indispensable estos días en el país.

Carlos Felipe y Sofía de Suecia echan mano de todo lo que la tecnología pone a su alcance, tablets, auriculares y hasta un lápiz digital, para trabajar desde una estancia de villa Solbacken, su residencia desde hace cuatro años.

Matilde de Bélgica está aprovechando su confinamiento para alentar a los más jovenes a leer, realizando lecturas en voz alta a través de las redes sociales.