Se abre la veda: el peluquero de Meghan Markle revela su secreto mejor guardado

El 19 de mayo de 2018, día en que Meghan Markle se convirtió en la duquesa de Sussex y flamante esposa del príncipe Harry, protagonizó una imagen impactante cuando los recién casados salían del castillo de Windsor para dirigirse a la fiesta nocturna que tuvo lugar en Frogmore House. Las miradas no podían quitarse de la exactriz, con un impecable vestido blanco de Stella McCartney, joyas de Diana de Gales y un moño despeinado, cuyo autor ha salido ahora a la luz. Aunque el nombre de George Northwood sonaba con fuerza como responsable del look capilar, nunca se confirmó, como todo lo que tiene que ver con los Windsor, que suele quedar en secreto.

Pero ahora, una vez que Meghan Markle no es un miembro oficial de la Casa Real, el estilista se ha sentido con libertad para contar cómo ha acompañado a la duquesa de Sussex en estos dos años, convirtiéndose en el responsable de algunos de sus looks más icónicos, ya que también viajó con la pareja en su gira por Australia y Nueva Zelanda, durante la que pasaron muchas horas juntos, creando una intimidad que luego se vio reflejada en sus peinados, muy fieles al estilo tanto de la exactriz como del propio peluquero.

No hay duda de que uno de los peinados de los que está más orgulloso es del mencionado moño despeinado que lució en su fiesta nupcial: "Queríamos que el cabello fuera apropiado y se ciñera al protocolo real, pero que al mismo tiempo fuera moderno y no demasiado formal. Es una imperfección refinada. Era un momento para que Meghan fuera ella misma. Queríamos hacer algo igualmente relajado y sin esfuerzo y que soportara una pista de baile". Para la gira por Oceanía, crearon los peinados basándose en el atuendo que iba a llevar la duquesa en cada cita, ya programados con antelación.

Durante este tiempo en el que Northwood ha trabajado para ella, Meghan también ha aportado su personalidad para cada idea: "Tiene un verdadero sentido del estilo y quería parecer accesible, a pesar de que era una princesa. Pero era una princesa muy moderna, el tipo de princesa con la que podemos relacionarnos". Ahora, aunque les separan miles de kilómetros, siguen teniendo contacto y alargando esa amistad forjada a base de peine y secador: "Trabajar con ellos fue un enorme privilegio y disfruté cada minuto: creamos algunos momentos icónicos".