El cumpleaños más secreto y solitario de Jaime de Marichalar

Este año, el cumpleaños de Jaime de Marichalar va a ser el más solitario de todos los que ha celebrado hasta ahora. Sus hijos, Froilán y Victoria, no viven con él, aunque tampoco se encuentran con su madre, la infanta Elena, que sale al balcón de su casa para aplaudir en solitario cada día. El año pasado y el anterior, le festejaron sus amigos, entre los que se encuentran Marisa de Borbón y su marido y Conchita March, incondicionales desde que dejó de ser influyente como yerno del Rey emérito, en aquellos años titular de la Corona.

Jaime vive en su tríplex del barrio de Salamanca, donde guarda la cuarentena. Las persianas se abren todos los días y hay luz por la noche, por lo tanto se da por bueno el confinamiento de Marichalar. Este martes cumple 57 años y su fiesta será virtual con regalos también virtuales.

Sin noticias de Jaime

Nada se sabe de Marichalar desde que comenzó la cuarentena impuesta por el Gobierno. A principios de febrero viajó a París, coincidiendo con la semana de la moda. El exduque de Lugo es uno de los hombres de confianza de Bernard Arnault, dueño del imperio del lujo LVMH (que incluye firmas como Vuitton, Möet Chandon, Dior, Loewe...) y por lo tanto su presencia en los desfiles es habitual. Su última aparición fue el 17 de febrero cuando acudió al palacio de El Pardo para asistir a la entrega de los premios de investigación que reconocían la labor, entre otros, de Valentín Fuster.

Además de ser su médico y cardiólogo de cabecera, les une una profunda amistad. Marichalar viaja cada año a Nueva York, donde el especialista reside, para sus revisiones de salud. Cuando sufrió el ictus en diciembre de 2001, una vez dado de alta, se instaló allí con la infanta Elena y los hijos para seguir la rehabilitación dirigida por Fuster en el hospital Monte Sinaí. El día de los premios coincidió con los reyes Felipe y Letizia.

Después de ese día se le vio pasear por la zona de las calles Serrano y Ortega y Gasset, en el barrio de Salamanca, donde se encuentra la joyería de su gran amigo Esteban Rabat, y en la pastelería Mallorca. A partir del 13 de marzo, los vecinos no le volvieron a ver, y tampoco sale a las ventanas que dan a la calle para aplaudir. Este cumpleaños no hay hijos ni familia presencial. Ya habrá tiempo de celebraciones cuando todo pase.