Amenazas, mentiras y cintas de vídeo: la relación de Meghan y Harry con los medios

El príncipe Harry y Meghan Markle se convertían en los protagonistas indiscutibles de este lunes, por tres motivos diferentes, pero los tres relacionados con la batalla legal que mantienen con la prensa. Por un lado, la decisión de romper completamente la colaboración con cuatro grandes medios británicos. Por otro, la publicación de los mensajes que escribieron a Thomas Markle poco antes de su boda. Y por último, la intervención -que al final no fue tal- de la duquesa de Sussex en un programa de la ABC americana y que venía a corroborar la política de medios que quisieron establecer al salir de la Casa Real británica: ellos deciden qué contar, cuándo y a quién.

Por todo esto, este lunes ha supuesto un antes y un después en su maltrecha relación con la prensa. Una historia que empezaba muy bien, con una Meghan Markle a la que se consideraba un 'soplo de aire fresco' para la familia real. Pero el cuento feliz duró poco. La prensa le dio tregua unos meses; después, no hubo piedad, empezando por la publicación, en febrero de 2019, de la carta que la duquesa había escrito a su padre unos meses antes. Fue un primer punto de inflexión, al que siguieron los demoledores titulares que le dedicaron durante su estancia en Nueva York para celebrar la baby shower de Archie, para cuyo nacimiento faltaban tres meses. Desde entonces, todo fue en picado, a toda velocidad y sin frenos: llegó la mediática reforma de Frogmore Cottage y posteriormente la decisión de la pareja de llevar con total privacidad tanto el nacimiento de su primer hijo como el posterior bautizo.

El segundo punto de inflexión no tardaba en llegar. En julio, Meghan y Harry asistían al estreno de 'El Rey León' en Londres. Durante la velada, la duquesa de Sussex pronunciaba unas enigmáticas palabras -"No lo ponen fácil"- que toda la prensa se tomó como un mensaje a los periodistas y que no tardaron en tener una respuesta de vuelta, mucho más demoledora. Así que tampoco hubo piedad con los posteriores titulares que protagonizaron, especialmente sobre sus vacaciones y los diferentes vuelos privados que habían tomado. "Hipócritas" fue el calificativo más leve que recibieron.

Y en septiembre llegaba la gran hecatombe y el preludio a la ruptura total que hemos conocido este lunes. El príncipe Harry anunciaba que se había interpuesto una demanda a dos grupos editoriales. Y lo hacía con el recuerdo a su madre muy presente: "He visto lo que sucede cuando alguien que amo se convierte en mercancía hasta el punto de que ya no es tratado o visto como una persona real. Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa ser víctima de las mismas fuerzas poderosas". Unas palabras en las que comparaba el trato que recibía su mujer con la presión mediática a la que se vio sometida Lady Di y que, según se desprende de estas palabras, él considera la causa de su fallecimiento.

Un retiro de dos meses y una dimisión después, la lucha de Meghan y Harry contra los medios se recrudecía en enero, una vez que la pareja ya había anunciado su intención de salir de la Casa Real y se habían instalado en Canadá. Los fotógrafos desplazados hasta Vancouver fueron amenazados con contundentes demandas, después de que salieran las primeras fotografías de la duquesa de Sussex paseando cerca de la que era su casa. Una amenaza que pudo tener efecto, ya que, casualidad o no, lo cierto es que no hubo más imágenes de ninguno de los dos.

La reaparición de los Sussex en Londres en marzo supuso una vuelta a casa estelar, con un lavado de imagen orquestado en el que incluso hubo tiempo para asistir a misa con la reina Isabel. Se estableció entonces una pequeña tregua, de la que se desenterraba otra vez el hacha de guerra este lunes. La nueva política de medios de comunicación que anunciaban Harry y Meghan al dimitir de sus funciones institucionales es ya un hecho: ellos han decidido a qué periodistas acreditar y con qué medios tener relación.

Por supuesto, la carta en la que han anunciado esta ruptura con las cuatro conocidas cabeceras británicas -'Daily Mail', 'Mirror', ' The Sun' y 'Express'- ya tiene una reacción: los duques de Sussex han sido acusados de practicar la censura. De hecho, algunos de estos medios ni siquiera llevaban la noticia en sus ediciones de este lunes, en un intento de quitar a la pareja la importancia que, según muchos periodistas, ellos mismos se ponen. A pesar de la decisión de Meghan y Harry, no está todo escrito: el proceso judicial comienza este viernes y es un juez el que tiene la última palabra. ¿Podrán los medios seguir hablando libremente sobre la exactriz o dará la razón a las amargas quejas de Meghan Markle sobre el trato que ha recibido de la prensa?