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La popularidad de los reyes de Holanda, por las nubes en plena pandemia: su método
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FAMILIA REAL HOLANDESA

La popularidad de los reyes de Holanda, por las nubes en plena pandemia: su método

La reina Máxima sigue siendo la más valorada de los Orange y mantiene el 8 que los holandeses le han estado dando durante los últimos años

Foto: Los reyes de Holanda. (Reuters)
Los reyes de Holanda. (Reuters)

Es humano, comprometido y compasivo, aunque cobre demasiado, tenga una actitud un tanto rígida y su título sea heredado. Así resume Países Bajos su opinión sobre el rey Guillermo Alejandro, que este lunes sopló las velas por su 53º cumpleaños, rodeado de sus hijas y la reina Máxima, confinados en casa y sin tirarlo todo por la ventana, como nos tiene acostumbrados cada 27 de abril. Su papel en estos tiempos de crisis sanitaria está siendo “ejemplar” y sus plebeyos creen que su existencia tiene un “valor añadido” durante etapas complicadas para la sociedad, como esta del coronavirus. Le ponen un 7,7 puntos, la cifra más alta de todo su mando, desde que llegó al trono en 2013.

La reina Máxima sigue siendo la más valorada de los Orange y mantiene el 8 que los holandeses le han estado dando durante los últimos años. Creen que “cumple muy bien” con su papel como reina: espontánea, natural, cercana, agradable y, sobre todo, una más, una de ellos, aunque su presupuesto sea la suma del de unos cuantos holandeses. Sus apariciones siempre sonriente y expresiva acaban robando el protagonismo al resto de los miembros de la familia real, y sus prendas y accesorios se someten a un detallado escrutinio en la prensa de todo el mundo, porque para sus seguidores a Máxima todo le queda bien.

placeholder Celebración del Día del Rey. (Casa Real holandesa)
Celebración del Día del Rey. (Casa Real holandesa)

Los participantes en la encuesta, sobre una muestra que no ha sido compartida, aseguran que en estos momentos de crisis, el rey “ha agregado valor” a la lucha. Ocho de cada diez holandeses “están satisfechos” con la forma en la que Guillermo Alejandro ha actuado en los últimos años. Más del 75% confían en él como rey porque lo ven como una persona muy “humana”, comprometida con la sociedad y compasiva. Y eso que sus más críticos están poco contentos con su salario, que consideran excesivo, así como con su actitud “algo rígida” y porque ocupa su puesto con un “título heredado”. A pesar de todo, al menos seis de cada diez holandeses creen que la tradición de sucesión al trono debería continuar.

La encuesta, que elabora todos los años la agencia IPSOS a petición de la televisión holandesa NOS, muestra la buena salud de los Orange. Un 74,2% de los encuestados se declara monárquico, frente al 67,9 que decía serlo en 2019 y la emergencia sanitaria no ha hecho más que mejorar esa percepción. Todas sus actividades han girado en torno a esta crisis, en especial desde su último viaje oficial, la visita de Estado a Indonesia a mediados de marzo. El rey Guillermo Alejandro copó entonces las portadas tras pedir disculpas en nombre de los holandeses por “la excesiva violencia” ejercida durante la guerra de independencia de esa excolonia en los años cuarenta del siglo pasado.

El coronavirus afecta a su forma de trabajar

¿Cómo consiguen los Orange semejante apoyo? ¿Cómo demuestran que se ganan el sueldo? Las tareas habituales que se corresponden con una autoridad como la del jefe de Estado suelen limitarse a lo simbólico. Inaugurar un hospital, hacer una visita de Estado, entregar un premio o encabezar un aniversario aprovechando su asistencia a una audiencia determinada. Pero nada de eso es igual: todas sus actividades han sido canceladas y su rol está ahora en mantener unida a la sociedad contra el nuevo coronavirus. Los reyes holandeses se dedican a “expresar su apoyo y aprecio a los esfuerzos de tantos en la lucha contra la pandemia”, según resumen el Gobierno holandés.

Lo más palpable de sus esfuerzos está en su agenda. Prácticamente a diario tienen una visita de trabajo a algún punto de el país, generalmente por separado, raramente juntos. Lo hacen en un ambiente informal, pero siempre profesional. Serios, pero cercanos, tomándose el tiempo para conversar con los empleados y los jefes de cada negocio y organización. Y muchas veces aparecen por sorpresa, evitando la oficialidad y el folclore que supondría anunciar una visita real. Y eso que entre los holandeses no se estila mucho lo de aparecer sin cita previa. Durante estos tiempos de crisis, los reyes teletrabajan mucho, pero tampoco han faltado visitas presenciales: el rey Guillermo Alejandro se ha especializado en la atención médica y la reina Máxima es, por su currículo, responsable del lado económico.

placeholder La reina y la heredera. (EFE)
La reina y la heredera. (EFE)

Lo más aplaudido de su papel ocurrió el pasado marzo, cuando el rey intercedió por los Países Bajos en su necesidad de material sanitario urgente. El monarca no dudó en coger el teléfono, hacer uso de su agenda de contactos y llamar directamente a Stefan Dräger, director general de una fábrica alemana de equipos respiratorios, para presionarle para que entregaran los pedidos holandeses que requieren los hospitales nacionales, aprovechando que el monarca ya conocía el negocio familiar por una visita que les hizo hace cinco años. Se lo había pedido el ministro de Sanidad, Hugo de Jonge, poniendo de relieve el papel del hijo de la reina Beatriz durante una de las etapas más complicadas de la historia de la humanidad.

En sus despachos con ventanales típicamente holandeses, decorados a su gusto y con un llamativo retrato de Guillermo de Orange (el líder calvinista que liberó una rebelión contra la Corona española en el siglo XVI) en el despacho del rey, ambos se han estado poniendo al día estas semanas sobre la labor social contra el coronavirus. A través de un iPad sujeto a un trípode a la altura de los ojos, el rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima llaman, desde sus respectivas oficinas, a instituciones de salud, organizaciones sociales, empresarios afectados por la crisis y otros profesionales que tienen un papel vital. Han escuchado qué tipo de apoyo podrían necesitar y, sobre todo, han querido apoyar personalmente sus esfuerzos. Una agenda que organizan cada lunes por la mañana, en una reunión online con el jefe del Servicio de la Casa Real, los directores del Servicio de Información del Gobierno (RVD) y el resto del equipo del rey.

placeholder Máxima, trabajando en tiempos de coronavirus. (EFE)
Máxima, trabajando en tiempos de coronavirus. (EFE)

El monarca ha visitado estas semanas residencias de ancianos para conversar con los geriatras. Ha hablado con maestros y estudiantes de primaria, que se encuentran confinados en casa por el cierre de las escuelas, para ver cómo se está siguiendo la educación online. También se ha acercado al Centro Nacional de Coordinación para la distribución de pacientes a lo largo y ancho de los Países Bajos, para conocer de cerca la capacidad de atención sanitaria en el país. Se ha ocupado de saber si la agencia del Gobierno UWV, que se hace cargo de pagar los seguros de los empleados, sigue siendo capaz de hacer su trabajo bajo la amenaza del nuevo coronavirus, que echa un pulso a los puestos de trabajo de tantos ciudadanos. Tampoco se ha olvidado de los territorios holandeses en el Caribe y ha hecho un Skype con los gobernadores de Aruba, Curasao y San Martín.

Siempre manteniendo la distancia de seguridad, la reina también ha hecho su trabajo. Ha visitado este mes un hotel y un servicio de catering en Ámsterdam para conocer de cerca los efectos de esta crisis en los pequeños empresarios, que han tenido que cerrar temporalmente las puertas de sus negocios, quedándose sin ingresos, pero manteniéndose los gastos. También ha visitado una empresa de transporte, para conocer las consecuencias del nuevo coronavirus en el sector del transporte y la logística, hablando con propietarios, conductores y planificadores. E incluso se ha acercado a la sede de una compañía que ha desarrollado, probado y producido un sistema de ventilación que podría funcionar para los respiradores de pacientes de la UCI, uno de los sistemas más necesitados estas semanas contra la covid-19.

En un análisis del papel de los soberanos holandeses en estos tiempos tan difíciles, la prensa local ha comparado, por ejemplo, el extraordinario número de visitas de trabajo que han estado haciendo los Orange, frente al de otras parejas reales como Felipe y Matilde de Bélgica, o Felipe y Letizia de España. Afirman que otros reyes también hacen muchas videollamadas durante esta época, pero salen menos fuera de casa, algo que excusan en la precaución y en los niveles de contagiados que hubo en otros países: el coronavirus ha demostrado que también asalta los muros de los palacios, tras la infección de Carlos de Inglaterra y Alberto de Mónaco.

placeholder Los reyes, en el centro de enfermedades infecciosas. (EFE)
Los reyes, en el centro de enfermedades infecciosas. (EFE)

Por eso, durante su cumpleaños, el rey también quiso dar ejemplo. Ha cancelado todas las actividades previstas a nivel nacional para este día, y lo ha celebrado en casa, sin las fiestas naranjas habituales por estas fechas en Países Bajos, donde lo raro era no ver a alguien festejando a lo grande. Este año, cada quien se ha montado la fiesta en casa, con los familiares de siempre, vestidos de naranja y con tarta incluida. Las fotos que se han hecho se las han mandado al correo de la Casa Real, para que su monarca sepa que los holandeses le han soplado las velas, incluso en tiempos de coronavirus. "Ahora es el momento de celebrar el Día del Rey en casa, ojalá sea un día inolvidable. Disfrutadlo, en la distancia pero juntos, y cuídense", dijo el rey en el discurso de cumpleaños.

Es humano, comprometido y compasivo, aunque cobre demasiado, tenga una actitud un tanto rígida y su título sea heredado. Así resume Países Bajos su opinión sobre el rey Guillermo Alejandro, que este lunes sopló las velas por su 53º cumpleaños, rodeado de sus hijas y la reina Máxima, confinados en casa y sin tirarlo todo por la ventana, como nos tiene acostumbrados cada 27 de abril. Su papel en estos tiempos de crisis sanitaria está siendo “ejemplar” y sus plebeyos creen que su existencia tiene un “valor añadido” durante etapas complicadas para la sociedad, como esta del coronavirus. Le ponen un 7,7 puntos, la cifra más alta de todo su mando, desde que llegó al trono en 2013.

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