Diana, Meghan, Kate... Empleados de palacio descubren sus secretos en un nuevo libro

Muchos fanáticos de la familia real británica habrían deseado más de una vez poder mirar a través de un agujero para descubrir qué ocurría detrás de los muros de palacio. Ahora, esa mirilla se abrirá a través de las páginas de un nuevo libro que verá la luz el próximo 14 de mayo.

En 'Kensington Palace: An Intimate Memoir From Queen Mary To Meghan Markle', varios exempleados de palacio desvelan los secretos mejor guardados de las personalidades más destacadas de la familia real. Su autor, Tom Quinn, ha adelantado algunos extractos significativos en exclusiva para Daily Mail.

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"No se podía ocultar nada de nadie. Ese era el inconveniente de tener un gran personal siendo miembro de lo que en muchos sentidos era una familia de pesadilla formada por personas disfuncionales: con eso me refiero a la Familia Real", comenta uno de los excriados.

De entre todas las anécdotas contadas, las referentes a la vida más privada de la princesa Margarita, Lady Di, Meghan Markle y Kate son las que más llaman la atención.

El matrimonio de Margarita, hermana de Isabel II, con Lord Snowdon, fue uno de los que más aguas hicieron dentro de palacio. Algunos exempleados que presenciaron fuertes discusiones, cuentan cómo las infidelidades y los gritos eran frecuentes entre ellos. "La princesa gritaba cosas terribles y no le importaba si las ventanas y las puertas estaban abiertas y si todos podían oírle". "Te puedo asegurar que es un shock escuchar a la hermana de la reina gritar palabrotas", comenta un excriado al autor del libro. "Muchas de sus peleas se basaron en el hecho de que competían para ver quién podía dormir con quién. Era una especie de ojo por ojo. Ella se acostaba con alguien y luego alardeaba ante él, así que él iba y hacía lo mismo y luego se lo hacía saber a ella. ¡Una vez, creo que ella se acostó con uno de sus amigos varones y luego él se acostó deliberadamente con el mismo hombre!. Cuando ella le gritó: "Me he acostado con tu amigo Fulano...", él respondió: "Yo también"."

Sobre la madre del príncipe Guillermo y el príncipe Harry se han escrito ríos de tinta, pero parece que su peculiar personalidad no cesó de generar situaciones sorprendentes, muchas de ellas aún desconocidas. Tom Quinn explica que cuando el príncipe Carlos y Lady Diana Spencer se casaron en 1981, se mudaron a un gran espacio formado por dos apartamentos, conocidos como 8 y 9. "Fue ahí donde Diana tuvo sus mayores altibajos: eufórica en un momento y suicida al siguiente", comenta Quinn.

Según un ex criado de Kensington, el matrimonio ni siquiera tuvo un comienzo feliz. "Existe el mito de que Carlos y Diana vivían felices en este hermoso palacio, al menos durante sus primeros años juntos, pero, en realidad, se les podía escuchar peleando casi desde el día en que se mudaron, pero se nos indicó que fuéramos discretos en todo momento, así que a veces, si escuchaba una disputa, esperaba en el pasillo hasta que el ruido hubiera disminuido, y solo entonces tocaba la puerta", confiesa.

Cuando el matrimonio se separó en 1992, Diana sintió un gran alivio y comenzó una nueva etapa vital en Kensington. "Diana siempre quiso combinar ser una megaestrella, que es lo que fue en los últimos años de su vida, con ser una persona completamente anónima", comenta a Quinn uno de los exempleados de la princesa.

A principios de los 90, según los testimonios recogidos en el libro, Diana cogió gusto a tomar el sol en un jardín privado y amurallado de la azotea de Palacio. Lo hacía, según un testigo, desnuda. Asegura este exempleado que, en ocasiones, se ponía en pie, segura de que nadie la vería. Pero un día, una de las barreras se cayó y dos constructores pudieron ver a la mismísima Lady Di sin ropa. Incluso, asegura, saludaba traviesa a los helicópteros que sobrevolaban la zona, segura de que no podrían distinguir quién era.

En cuanto a la llegada de Kate Middleton y el príncipe Guillermo a Kensington Palace, los exempleados destacan la amabilidad de la duquesa de Cambridge: "Ella es amable con su personal, en general, y fue muy cálida con Meghan cuando esta llegó", comenta uno de ellos.

Aseguran que cuando Meghan se mudó a la cabaña de Harry en los terrenos del Palacio de Kensington, Kate fue muy acogedora y que ambas parejas se habían llevado bien. Pero "aunque a Harry le encantaba su cabaña en aquel terreno, Meghan era consciente de que era pequeña en comparación con el vasto complejo de apartamentos donde vivían Kate y William", develan.

"Kate se horrorizó cuando Meghan le gritó a un miembro de su personal; ese fue definitivamente el comienzo de las discusiones que provocaron la salida del Palacio de Kensington", comenta un excriado.

Quinn explica que, como les ocurre a muchas personas que no están acostumbradas a tratar con sirvientes, Meghan exageraba la altanería; por un lado, ella quería ser como Diana, la princesa de un pueblo, y por el otro, quería que la gente se pusiera de pie cuando chasqueaba los dedos.

Después de recibir una serie de severas reprimendas por parte de Meghan, algunos empleados de palacio parecieron aliviados cuando ella y Harry se mudaron.

Aseguran que uno de los problemas de Meghan era el hecho de que le preocupaba que la gente la menospreciara o la tratara de manera diferente por ser estadounidense divorciada y de raza mixta. "Hay elementos reaccionarios en la Familia Real que la menosprecian, y ella lo sabe", agregó una fuente de Kensington. "Esto la hace reaccionar exageradamente a veces, no tiene la seguridad de Kate a la hora de tratar con la gente", añade.