El covid-19 golpea con fuerza a la Guardia Real de Mohamed VI, que es asmático

La cadena de televisión estadounidense Fox anunció, a principios de marzo, que el rey Mohamed VI de Marruecos, de 56 años, padecía la covid-19, una información errónea por la que se vio obligada a suprimir de su web el vídeo con esa falsa noticia. Confundió al monarca alauí con el príncipe Alberto de Mónaco, que sí llegó a estar infectado.

Mohamed VI no está contaminado, pero buena parte de su Guardia Real sí ha sido golpeada por el nuevo coronavirus, y su sede central, en el barrio rabatí de Menzah, es un foco de infección. Al menos 128 militares pertenecientes a ese cuerpo dieron positivo en los test que les hicieron el 4 y 5 de mayo. Otras 600 personas, entre ellos un buen número de militares, que estuvieron en contacto con ese amplio grupo de positivos, han sido puestas en cuarentena a la espera de conocer el resultado de las pruebas.

La noticia de los estragos de la covid-19 en la Guardia Real fue desvelada por dos publicaciones marroquíes, 'Al Alam' y 'Maghreb-Intelligence', pero el conjunto de la prensa se ha hecho eco de ella. Como suele ser habitual, el Palacio Real y las Fuerzas Armadas, de las que forma parte la Guardia Real, no confirmaron la noticia, que tampoco desmintieron.

Medidas y sanciones

La propagación del virus en el seno de la Guardia Real es un motivo de preocupación para los moradores de los palacios y residencias reales en Rabat, empezando por el propio monarca. Su primera reacción ha consistido en destituir al general de división Mimoun Mansouri, de 74 años, que pertenecía a ese cuerpo desde hace 40 años. La decisión real parece ser una sanción por su supuesta negligencia. Para sustituirle nombró al general de brigada Abdelaziz Chatar.

Chatar mandará un cuerpo de casi 6.000 hombres, cuyo papel es más bien ceremonial porque la protección del monarca y de su familia recae, ante todo, sobre otras unidades militares que dirige el general Abdelkebir Benyaich, que estudió en la Academia de Infantería de Toledo. La Guardia Real es uno de los más antiguos cuerpos militares del mundo. Fue fundado en 1088 por el sultán Yusef Ibn Tachfine para que le protegiera. Compuesta en sus orígenes por antiguos esclavos musulmanes negros, era entonces conocida como la 'guardia negra'.

Grupo de riesgo

El soberano alauí tiene motivos para estar intranquilo porque pertenece a un grupo de riesgo. Desde su infancia es asmático como su tío el príncipe Moulay Abdalá y su abuelo el rey Mohamed V, según explica en su libro 'Mohamed VI, detrás de las máscaras' ('Mohamed VI, derrière les masques', París 2014) el periodista marroquí Omar Brouksy. Recuerda que respira con cierta dificultad cuando lee ante las cámaras sus discursos. El monarca fue además operado con éxito, en febrero de 2018, de una arritmia cardiaca en la clínica Ambroise Paré de París.

Sus detractores afirmaron que, apenas la pandemia rozó Marruecos, Mohamed VI “se bajó del barco y abandonó a su pueblo”, como publicó, el 3 de mayo, el diario argelino 'Le Courrier d’Algérie'. Afirmó incluso que se había refugiado en su paradisiaca residencia de Pointe-Denis, en Gabón. En las redes sociales circuló también el bulo de que había huido a Canarias porque algunas de sus islas estaban casi limpias de coronavirus. Todo ello es falso.

Medidas contra la pandemia

El soberano ha pasado todas estas semanas entre Rabat y Casablanca, donde se encuentra ahora en un ala aislada del palacio real.. A diferencia de los monarcas europeos, no ha pronunciado ningún discurso dirigido a su pueblo, pero sí puso en marcha un fondo de lucha contra la pandemia y sus consecuencias económicas que ha movilizado unos 3.200 millones de euros, una cantidad ingente en Marruecos. Se le ha visto en fotos reunirse, siempre con la mascarilla puesta, con varios miembros de su Gobierno y rezar el lunes en Rabat en el Mausoleo Mohamed VI, con motivo del aniversario de la muerte de su abuelo.

Las autoridades de Marruecos adoptaron, desde el primer momento, medidas muy drásticas para impedir la propagación de la covid-19. Logaron contenerla a juzgar por el escaso número de infectados, 5.548 el jueves por la tarde, y de fallecidos, 183. La propagación del virus entre la Guardia Real, y también en la gran base militar de Ben Guerir, son dos reveses que no empañan el éxito hasta ahora conseguido.