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Huis ten Bosch: el palacio de Máxima que sigue dándole problemas. Descubre por qué
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FAMILIA REAL HOLANDESA

Huis ten Bosch: el palacio de Máxima que sigue dándole problemas. Descubre por qué

Esta polémica se suma a la del subsidio irregular que recibe el rey Guillermo Alejandro por administrar una reserva natural que cierra al público tres meses al año

Foto: La familia real holandesa, en Huis ten Bosch. (EFE)
La familia real holandesa, en Huis ten Bosch. (EFE)

La renovación del palacio Huis ten Bosch sigue dando dolores de cabeza al Gobierno holandés. Además de durar cinco años y costar 63 millones de euros —el doble de lo previsto en el presupuesto preliminar—, ahora resulta que el rey Guillermo Alejandro no pagó de su bolsillo los gastos de las estancias privadas de su residencia oficial, que corresponden a los fondos de la familia real, y no al Estado. El Gobierno está autorizado a cubrir los gastos de los despachos y salas de recepción, pero no de la zona residencial.

El diario holandés 'NRC Handelsblad' solicitó los detalles de aquella renovación al Ministerio, apelando a la Ley de Información del Gobierno, que obliga a desglosar estos datos de acceso público, si así lo solicita alguien. Para su sorpresa, el documento refleja que la renovación ha sido totalmente a cuenta del Estado, puesto que no se hizo una distinción entre lo privado y lo laboral. El Ministerio del Interior se ha negado a dar explicaciones, o a especificar cuánto han costado los muebles de la vivienda de Guillermo y Máxima, para saber el monto que debería haber cubierto el monarca.

placeholder La reina Máxima, en su despacho de Huis ten Bosch. (EFE)
La reina Máxima, en su despacho de Huis ten Bosch. (EFE)

El rey recibe una asignación anual de casi 5 millones de euros para gastos de este tipo. El Servicio de Información del Gobierno (RVD) tampoco ha querido dar más explicación, escudándose en la "privacidad de los reyes", y aseguró que la conclusión de que el rey no contribuyó a los gastos de las estancias privadas es cosa del diario que publicó la información. El Ministerio también argumenta que los cuartos privados de los reyes nunca se han registrado de forma separada en el presupuesto.

De momento, el Gobierno no confirma si los reyes hicieron contribuciones financieras de algún tipo a este proyecto, pero sí se sabe que decidió sobre el interior, eligiendo el estilo y los numerosos diseñadores holandeses que fueron contratados para ello, incluyendo la famosa sala de ADN. El rey tenía "cierta libertad de elección" para la decoración de su residencia oficial, dice el Ejecutivo. “Los ejemplos incluyen la elección de tapicería, iluminación, revestimiento y, por ejemplo, las instalaciones sanitarias”.

El Ministerio correspondiente argumentó, eso sí, que la renovación y el mobiliario de Huis ten Bosch fueron desde el principio "un proyecto" en el que no se hizo ninguna distinción entre los cuartos con las que cuenta el palacio. El total de las obras y el amueblado ascendió al final a 63,1 millones de euros, una cifra que levantó la polémica al duplicar el presupuesto inicial, y eso que todavía no se sabía que los reyes no se habían hecho cargo de pagar su propia casa, puesto que todo salió del bolsillo de los contribuyentes.

placeholder Una de las estancias de Huis ten Bosch, llamada Salón Chino. (RVB / Corné Bastiaansen)
Una de las estancias de Huis ten Bosch, llamada Salón Chino. (RVB / Corné Bastiaansen)

Huis ten Bosch se presentó a la prensa el año pasado, cuando se completaron todos los trabajos de renovación de un edificio que antes tenía las cortinas desgastadas y las estructuras de madera podridas, incluso con hongos creciendo en ellas. El palacio consta de un ala privada y otra para cuestiones públicas. Los gastos del interior de las residencias de los reyes se mencionaron siempre y explícitamente como gastos que salían de la compensación que recibe el monarca para este motivo, pero en este caso, la cantidad aparece ahora como una "suma global" no especificada para todo el dinero invertido en el palacio.

La renovación tardó cinco años porque las obras que necesitaban era vertiginosas: se usaron 65.000 kilos de plomo para la renovación del techo, unos 1.300 metros cuadrados de alfombra en todo el palacio, se han instalado 1.239 tomas de pared y más de 22.000 metros de cables de alimentación. Las decenas de empleados que hicieron el trabajo necesitaron toneladas de paciencia para quitar poco a poco las viejas capas de pintura que se habían aplicado a las paredes a lo largo de los siglos, y para arreglar las numerosas grietas. Aunque para gustos, colores: el resultado de estas labores de bricolaje son impresionantes.

placeholder Vestíbulo del palacio Huis ten Bosch. (RVB / Corné Bastiaansen)
Vestíbulo del palacio Huis ten Bosch. (RVB / Corné Bastiaansen)

Subvención ilegal de Het Loo: trato de favor

El escándalo por la renovación de la residencia oficial, llega tan solo unos días después de otra polémica. El rey Guillermo Alejandro recibe una subvención de 4,7 millones de euros por administrar la reserva natural de Het Loo, pero, según tres conocidos abogados holandeses, esta subvención se otorga sobre la base de una decisión injusta e ilegal. Sin justificación alguna, exime al rey de importantes condiciones. El monarca cierra al público un área de 7.200 hectáreas, lo que supone tres cuartos de toda la reserva natural, durante tres meses al año para su propio disfrute, en privado y para ir a cazar con sus amigos.

Aunque el rey es el administrador de la reserva natural de Veluwe, esta es propiedad del Estado holandés. El Ministerio de Naturaleza (LNV) proporciona un total de 4,7 millones de euros en subsidios de Naturaleza al rey para el período 2016-2021. Generalmente, los beneficiarios de este tipo de ayuda estatal están obligados a abrir al público al menos 358 días el año y solo podrían conservar 1 hectárea para su uso privado. La idea de esto es permitir a los contribuyentes disfrutar de la reserva natural subsidiada con sus impuestos.

placeholder El rey Guillermo de Holanda, el Día de la Liberación. (EFE)
El rey Guillermo de Holanda, el Día de la Liberación. (EFE)


La ilegalidad es obvia para los letrados consultados por el programa de televisión 'Zembla': el rey puede, para la protección de su privacidad, cerrar 7.200 hectáreas de terreno y está completamente exento de la obligación de mantener la reserva abierta al público durante 358 días, porque la cierra durante tres meses todos los años. Esto es un trato de favor al jefe de Estado. "Hay tantas cuestiones negativas en esta decisión administrativa que se puede decir claramente que esto es ilegal", subraya Wim Voermans, profesor de Derecho Constitucional y Administrativo.

El trato preferencial es contrario a los principios generales de la buena administración, y eso no se puede hacer ni siquiera con la familia real. "Lo que se está dando a entender aquí es: la ley no se aplica a usted (el rey). Esto solo tiene una explicación: el jefe de Estado quiere poder cazar sin que le molesten", añade Voermans. Otro abogado, Peter Nicolai, ha iniciado un procedimiento de objeción en nombre de la ONG Protección de la Fauna para impugnar el subsidio otorgado al rey. "Yo a esto lo llamaría fraude legal. No tengo que por qué aceptar eso como ciudadano", añade Martin Jan van Mourik, profesor emérito de derecho notarial.

Según la página web de la Casa Real, el rey puede usar el sistema de subsidios "en las mismas condiciones" que cualquier otro administrador privado de bosques y reservas naturales, en base al Reglamento de Subsidios 2016 para la Gestión de Naturaleza y el Paisaje. Sin embargo, los Orange arrastran años de escándalos por la concesión de subsidios a Het Loo. Una mayoría parlamentaria quiere que esta zona esté abierta al público todo el año, pero el RVD ya anunció que la reserva natural volverá a estar cerrada este año del 15 de septiembre al 25 de diciembre para uso privado del rey Guillermo Alejandro.

placeholder El rey Guillermo Alenjandro, en una imagen de archivo. (Reuters)
El rey Guillermo Alenjandro, en una imagen de archivo. (Reuters)

La renovación del palacio Huis ten Bosch sigue dando dolores de cabeza al Gobierno holandés. Además de durar cinco años y costar 63 millones de euros —el doble de lo previsto en el presupuesto preliminar—, ahora resulta que el rey Guillermo Alejandro no pagó de su bolsillo los gastos de las estancias privadas de su residencia oficial, que corresponden a los fondos de la familia real, y no al Estado. El Gobierno está autorizado a cubrir los gastos de los despachos y salas de recepción, pero no de la zona residencial.

Guillermo Alejandro de Holanda
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