Los Grimaldi, reunidos para el funeral de su prima, Elisabeth-Ann de Massy

El pasado jueves, los hermanos Grimaldi se enteraban del fallecimiento de su prima Elisabeth-Ann de Massy, hija de la princesa Antoinette, hermana mayor del príncipe Rainiero. La buena salud no le había acompañado en los últimos meses, por lo que, desde el pasado abril, estaba completamente desaparecida de la vida oficial y social del principado, en la que había participado muy activamente hasta entonces, representando incluso en algunos actos oficiales al príncipe Alberto, muestra de la confianza y estrecha relación que les unía.

Y este miércoles, el propio Alberto ha despedido a su querida prima en la catedral de Nuestra Señora Inmaculada, después de que los monegascos hayan podido homenajearla durante varios días en su capilla ardiente. Aunque ha sido un funeral marcado por el coronavirus y no ha podido ser multitudinario, no han faltado sus familiares más cercanos, como Carolina -reaparecida después de varias semanas sin vérsela de forma pública-, Estefanía o Charlène, además de los hijos de Elisabeth y su nieto, Melchior.

A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia, ha asistido los tres hijos de Carolina de Mónaco, Andrea, Pierre y Carlota, que se ha trasladado desde París, donde ha pasado el confinamiento junto a su familia. También Pauline y Camille, las dos hijas de Estefanía, además de Louis Ducruet y su esposa, Marie Chevallier, quizá los únicos asistentes sin mascarilla, que han sido las protagonistas involuntarias del funeral, haciendo que apenas se viera el rostro de alguno de los asistentes. Los únicos ausentes de la familia han sido los hijos de Alberto y Charléne, en este caso muy pequeños aún para asistir a este tipo de citas.

Tanto Carolina como Charlène han llevado gafas de sol para ocultar el dolor, además de velo negro, un complemento del que Estefanía ha preferido prescindir. Ha llamado la atención especialmente la indumentaria de Mélanie-Antoinette, la hija de Elisabeth, cubierta completamente con botas, capa, guantes y velo. También se ha hablado mucho de los supuestos problemas de salud de la chica, y la imagen en el funeral de su madre no ayuda, precisamente, a aplacarlos. Madre e hija estaban muy apegadas y asistían juntas a todas sus citas públicas, por lo que la pérdida de la baronesa es especialmente dura para ella.