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Victoria Federica, una royal atípica: el año que vivió peligrosamente
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UNA MILLENNIAL EN LA CORTE

Victoria Federica, una royal atípica: el año que vivió peligrosamente

Ajena completamente al hecho de que ocupa el quinto puesto en la línea de sucesión al trono, la hija de la infanta Elena lleva la que sería la vida normal de una chica de su edad, sin serlo

Foto: Victoria Federica, durante uno de los actos en Sevilla. (EFE)
Victoria Federica, durante uno de los actos en Sevilla. (EFE)

Victoria Federica celebró hace ahora un año su esperadísima puesta de largo. Un fiestón por todo lo alto con más de 300 invitados (de la reina Sofía a influencers como Tomás Páramo) en el que le regalaron un cerdo vietnamita envuelto en una bandera de España, se desmelenó al ritmo del DJ Juan Magán y nos demostró que su personalidad más que arrolladora no entiende de linajes ni líneas de sucesión.

Una fiesta celebrada en la casa palacio El Chaparral nueve meses después de alcanzar su mayoría de edad (el 9 de septiembre de 2018) y que suponía a todas luces su pasarela al estrellato.

placeholder Victoria Federica, en una imagen de archivo. (Getty)
Victoria Federica, en una imagen de archivo. (Getty)

Durante este último año en el que, como decía la película, ha vivido peligrosamente, hemos conocido sus primeros romances, sus gustos caros, su marcha en discotecas y festivales y, sobre todo, sus ganas de ser una chica normal, que va de compras, a la universidad e incluso discute con su madre.

placeholder Victoria Federica, con amigos en su puesta de largo. (@tadua_wildbandana)
Victoria Federica, con amigos en su puesta de largo. (@tadua_wildbandana)

Millenial de manual, royal inusual

La nieta de don Juan Carlos ha formado parte de la actualidad nacional desde que naciera hace ahora casi 20 años. Una vida vista a través de un teleobjetivo profesional que, sin embargo, había conseguido pasar de puntillas en las revistas patrias.

No obstante, desde que cumpliera 18 años se ha liberado haciendo de su capa un sayo y permitiendo a los españoles conocerla un poco más. Ya no es la hija o la nieta de alguien. Es Victoria Federica.

placeholder Don Juan Carlos y Victoria Federica. (Cordon Press)
Don Juan Carlos y Victoria Federica. (Cordon Press)

Desde entonces, ha estado casi un día tras otro en los titulares de los medios de comunicación. ¿El motivo? Ser una chica normal de su edad con sus redes sociales, sus gustos millennial y sus amigos influencers. ¿El problema? Que no lo es (al menos del todo).

Vic (como acostumbran a llamarla sus amigos) no solo es la sobrina del Rey y la hija de una infanta, es además la quinta en la línea de sucesión a la Corona española. Y eso, señoras y señores, no es algo que sea fácil de ignorar.

placeholder Coche de Victoria Federica. (Lagencia Grosby)
Coche de Victoria Federica. (Lagencia Grosby)

Royal inusual (sus tías de apellido Zurita y Gómez-Acebo vivieron otras vidas, también eran otros tiempos), como a las chicas de su edad le gusta divertirse y salir. Tiene los amigos que quiere y lleva la vida de influencer con la que tantas de su generación sueñan. Y todo ello, sin abandonar la responsabilidad de sus estudios, con los que cumple religiosamente.

Ahora sí, el ocio es el ocio.

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Amante de la música y la moda

Sus gustos son claros y caros, dicho sea de paso. Conduce un Mini con el que acude a la universidad y siempre que puede lleva bolsos de lujo (Chanel y Zadig et Voltaire son sus favoritos) y zapatillas de marca; no obstante, en el resto de campos no destaca por su elevado nivel de vida.

No viaja continuamente por el mundo, no la vemos en reservados de discotecas invitar a todos sus amigos a botellas del champán más caro (hola, Paris Hilton) ni presume de ser quien es. Quien la conoce afirma que es una persona sencilla y cercana, divertida y agradable, a quien le encanta la moda -pero sin subirse a las tendencias- y la música en directo.

Su estilo, entre el boho chic y el clasicismo de su madre, la ha convertido en una auténtica trendsetter capaz de agotar unos pendientes o un vestido en apenas unas horas.

placeholder Victoria Federica, saliendo de clase. (Vanitatis)
Victoria Federica, saliendo de clase. (Vanitatis)


Amor a plena vista

placeholder Victoria Federica y Jorge Bárcenas, en una imagen reciente de Instagram.
Victoria Federica y Jorge Bárcenas, en una imagen reciente de Instagram.

No es raro verla disfrutar casi a diario de los conciertos de Starlite en verano y, como ellos mismos han confirmado a través de sus redes, sale desde hace meses con el DJ Jorge Bárcenas.

placeholder Victoria Federica, en el concierto Starlite.(Cortesía)
Victoria Federica, en el concierto Starlite.(Cortesía)

Una pasión, por la música, casi a la altura de la que siente por los toros. Un punto de conexión fuerte con su familia (posiblemente el más evidente de todos) y que también tuvo sus implicaciones románticas cuando se la relacionó con el torero Gonzalo Caballero.

De hecho, este es otro de los puntos que la convierten en una royal de lo más atípica. A diferencia de otras ‘princesas’ europeas que reinan en las redes (como Olympia de Grecia), Victoria no esconde sus relaciones y presume de ellas orgullosa y enamorada como otras tantas chicas de su edad. Su madre también lo hizo en su día y en relación con su gran pasión, la hípica.

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Lo mismo ocurre con sus amistades, donde ni mucho menos le importa el qué dirán. Siempre rodeada de influencers, como el matrimonio formado por Tomás Páramo y María García de Jaime, Victoria se ha esforzado por llevar una vida lo más normal posible, publicando en sus redes que ve Netflix como casi cualquiera, que le gustan las barbacoas y que no hay nada mejor a los 19 años que pasar una cuarentena en el campo con tu novio, sus amigos y, por supuesto, sin tus padres.

Victoria Federica es una chica de su tiempo. Y ojalá siga viviendo ‘peligrosamente’.

Victoria Federica celebró hace ahora un año su esperadísima puesta de largo. Un fiestón por todo lo alto con más de 300 invitados (de la reina Sofía a influencers como Tomás Páramo) en el que le regalaron un cerdo vietnamita envuelto en una bandera de España, se desmelenó al ritmo del DJ Juan Magán y nos demostró que su personalidad más que arrolladora no entiende de linajes ni líneas de sucesión.