Te enseñamos el nuevo yate de Máxima: 2 millones de euros y mucha polémica

Una vez más, tenemos que hablar de la polémica que generan los lujosos caprichos que se dan Guillermo y Máxima. El último debate vino a cuenta de la decoración de la parte privada de Huis ten Bosch, que tendrían que haber pagado de su bolsillo y que finalmente fue sufragada con fondos públicos. Y ahora la controversia viene en forma de barco, ya que los reyes de Holanda se han comprado un nuevo yate en el que se han gastado 2 millones de euros. Y la noticia no ha sido igual de bien recibida por todos.

Todo apunta a que Guillermo y Máxima no tenían ninguna intención de hacer pública la información, ya que llevan muy a rajatabla lo que consideran que está dentro de su ámbito privado y lo que está dentro del público. Pero no contaban con un espontáneo tuitero, que descubrió al monarca navegando por la localidad holandesa de Heeg, en el norte del país, y compartió la foto en sus redes sociales. Y le llamó la atención que no lo hacía en el yate de siempre, el modelo Wajer 38 que se le conocía, sino en un modelo superior y más lujoso, el Wajer 55. Así que los medios holandeses se pusieron manos a la obra y no tardaron en poder confirmar que, efectivamente, los Orange se han dado un buen caprichito náutico al que no le falta detalle, ni siquiera los asientos en naranja, el color nacional.

El eslogan en la página del fabricante es 'El superyate más pequeño del mundo', que da idea de lo que podemos encontrar dentro, así como de su exclusividad. Y es que desde 2016 solo se han construido unas 50 unidades, que pueden verse en plazas tan exclusivas como Miami, la Costa Azul, Marbella, Ibiza o Mallorca, lugares donde también se pueden alquilar con tripulación al servicio del cliente. El modelo en cuestión tiene 16 metros de largo y 4,4 de ancho, unas medidas en las que caben todo tipo de comodidades, como una suite principal, cocina con electrodomésticos, camarotes con literas y varias hamacas en cubierta. Es un diseño que se puede personalizar, ya que el comprador puede elegir los colores del mobiliario, tanto exterior como interior, así como la disposición de los asientos.

Lógicamente, la Casa Real no ha confirmado nada más al respecto de la compra, pero algunos medios sí han podido averiguar que Guillermo y Máxima han vendido el Wajer 38 del que antes disfrutaban. Ahora bien, no se sabe por cuánto lo han vendido ni si hay mucha diferencia con los 2 millones de euros que han tenido que pagar por este. Sea como sea, lo que es seguro es que esta vez el dinero ha salido de su cuenta corriente particular y no de dinero estatal, aunque muchos han criticado igualmente esta lujosa adquisición, dado que la compra no se ha hecho en un momento especialmente fácil para la economía holandesa, que pasa, como en muchos países, por una situación crítica.

Algunos han aplaudido la compra y creen que la pareja se lo merece, dada su labor institucional y la representación del país que hacen en el extranjero. Otros creen que es una cantidad exagerada y que se podría haber destinado, por ejemplo, a bancos de alimentos, para así paliar los estragos que el coronavirus ha causado en ciertos sectores. Lo cierto es que los reyes disponen de una cuenta corriente bastante holgada, por lo que ambas opciones no serían incompatibles. Al sueldo de 949.000 euros anuales que recibe Guillermo y los 377.000 de Máxima, hay que añadirle las cuantiosas ganancias que cada año les reportan sus negocios, además de sus respectivos trabajos paralelos a la Corona, como piloto de KLM en el caso del rey, como asesora de la ONU en el caso de la reina.

Hay que tener en cuenta que, a diferencia de nuestro país, en Holanda es perfectamente lícito que los miembros de la Casa Real tengan otros beneficios al margen de la institución. Y en el caso de Guillermo, gracias a las inversiones de su familia, son cuantiosos. Destacan las acciones en la empresa de hidrocaburos Shell, en la que la reina Juliana tenía una buena cantidad que legó a sus cuatro hijas, correspondiendo a cada una 1.500 millones de euros. La princesa Beatriz también quiso hacer un reparto entre sus tres hijos, por lo que al actual rey le correspondieron 375 millones, una cantidad que incrementaba mucho el saldo de su cuenta corriente y gracias al que puede darse caprichos como este.