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Corinna y las esmeraldas de la condesa de Romanones que guarda en su joyero
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ESMERALDAS Y DIAMANTES

Corinna y las esmeraldas de la condesa de Romanones que guarda en su joyero

La que fuera "amiga entrañable" del rey Juan Carlos apareció el 21 de junio de 2014 con uno de los conjuntos que habían pertenecido a la condesa de Romanones

Foto: Corinna, con las joyas de la condesa de Romanones. (Getty)
Corinna, con las joyas de la condesa de Romanones. (Getty)

Fue en 2014 cuando surgieron los rumores de que Aline Griffith, condesa de Romanones, había tenido que vender siete de sus valiosas joyas debido a la mala situación económica que estaba atravesando. La exagente de la CIA, quien falleció en 2017 a los 94 años, se vio obligada a deshacerse de sus alhajas en una subasta que se celebró en la sala de Sotheby’s de Ginebra en mayo de 2011. Como es habitual, el nombre de los compradores fue un secreto durante años, hasta que Corinna lució una de las piezas en una fiesta.

La que fuera "amiga entrañable" del rey Juan Carlos, y que tantos dolores de cabeza le está trayendo ahora, apareció el 21 de junio de 2014 con uno de los conjuntos que habían pertenecido a la condesa de Romanones en un acto celebrado en el Palacio de Invierno de Rusia, al que acudió con su hijo, Alexander, fruto de su matrimonio con el príncipe Casimir Sayn-Wittgenstein-Sayn, con el que ahora también tiene una batalla legal por un préstamo que ella le hizo y que este se niega presuntamente a devolverle.

placeholder Corinna, junto a Natalia Vodianova. (Getty)
Corinna, junto a Natalia Vodianova. (Getty)

Para la ocasión, Corinna estrenó oficialmente la parure de esmeraldas y diamantes formada por collar y pendientes que data de los años sesenta y que los expertos en joyería habían tasado en su momento entre 103.000 y 147.000 dólares, aunque algunos medios españoles llegaron a afirmar que se había vendido por siete millones de euros. Aún hoy se sigue sin saber si fue la propia Corinna quien la adquirió o se trató de un regalo.

Entre los importantes invitados a la velada, en la que sin duda Corinna fue una de las más elegantes con esas joyas de aristócrata, también se encontraban la modelo Natalia Vodianova, que posó muy cómplice con la alemana, y Juan Villalonga, expresidente de Teléfonica y compañero de pupitre de José María Aznar. Después de aquella ocasión, no hemos visto a Corinna luciendo de nuevo las esmeraldas, ni tampoco alhajas tan impresionantes como estas.

Lo cierto es que de un tiempo a esta parte el perfil de la que fuera princesa de Sayn-Wittgenstein-Sayn ha cambiado mucho. De ir de fiesta en fiesta y estar prácticamente en todos los saraos más vips, Corinna ha pasado a llevar una vida mucho más discreta en Londres, donde solo sabemos de ella a través de los medios nacionales, en los que ha contado que ha recibido acoso por parte del CNI. Ese cambio de vida, mucho más relajada y sin tantos actos sociales, ha provocado que no la veamos tanto con looks como este en el que las joyas jugaron un papel fundamental.

placeholder Corinna, en la fiesta. (Getty)
Corinna, en la fiesta. (Getty)

Fue en 2014 cuando surgieron los rumores de que Aline Griffith, condesa de Romanones, había tenido que vender siete de sus valiosas joyas debido a la mala situación económica que estaba atravesando. La exagente de la CIA, quien falleció en 2017 a los 94 años, se vio obligada a deshacerse de sus alhajas en una subasta que se celebró en la sala de Sotheby’s de Ginebra en mayo de 2011. Como es habitual, el nombre de los compradores fue un secreto durante años, hasta que Corinna lució una de las piezas en una fiesta.

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