Confianza ciega: la decisión de Guillermo y Máxima sobre la niñera de sus hijas

En muchas ocasiones, las niñeras que contratan los príncipes y reyes europeos para el cuidado de sus hijos adquieren identidad propia, llegando a acaparar titulares y portadas. Tenemos el caso de María Teresa Turrión, la española que se hace cargo de los tres hijos de los duques de Cambridge cuando no están sus padres, o Eveline van den Bent, la persona que contrataron Guillermo y Máxima de Holanda en 2006 para que cuidara de Amalia y Alexia, y más tarde también de Ariane, que nacía un año después.

Es, precisamente, esta holandesa la que acaba de convertirse en noticia por un hecho insólito y que da muestra de la confianza que los reyes de los Países Bajos han depositado en ella desde que la conocieron. Y es que Guillermo ha aprobado por real decreto que Eveline van den Bent, a la que contrató hace 14 años como nanny de sus hijas, se convierta en su secretaria privada, algo a lo que le ha ayudado su fidelidad a la familia real y sus estudios en derecho notarial, que además cursó en Leiden, la misma universidad donde se licenció el propio monarca.

Eso sí, no ha sido un salto directo desde su puesto como cuidadora hasta controlar prácticamente todos los asuntos que ocupan al rey. Ya en 2009, viendo su forma de trabajar y su talento, Máxima se la 'robó' a sus hijas para convertirla en su asistente personal. En 2013, una vez que la entonces reina Beatriz abdicó y su primogénito asumió el trono, Eveline van den Bent también se convertía en la nueva asistente personal del recién nombrado monarca, sin por eso abandonar su trabajo junto a la argentina. Y ahora, este paso decisivo no hace sino mostrar el aprecio y la confianza que la familia real tiene en ella.

Eveline no es la única niñera de Amalia, Alexia y Ariane -'la triple A', como se las conoce en Holanda- que ha sido noticia a lo largo de estos años. Cuando ella ya ejercía como asistente personal de Máxima, los entonces príncipes decidieron contratar a otra persona para que se hiciera cargo de las pequeñas. Fue la argentina la que decidió fichar a una compatriota para tal fin. La elegida hablaba inglés, francés y holandés y había estudiado Literatura e Idiomas en Córdoba con excelentes calificaciones. Méritos que no fueron suficientes para que en los Países Bajos se cuestionara el hecho de que los Orange optaran por una cuidadora cuya lengua materna no era el holandés.