Máxima de Holanda apuesta todo al rosa y firma (por fin) su mejor look del verano

Este año y en cuanto a estilo, Máxima está viviendo una temporada marcada por grandes altibajos. De looks brillantes a otros poco acertados que nos hacen pensar que la reina de Holanda no se encuentra en su momento de inspiración más fructífero, pues pocas son las veces, casi contadas, que ha lucido un outfit que podamos calificar de 10.

Hasta hoy. Por fin, la mujer del rey Guillermo Alejandro se ha marcado un pleno de estilo bordando uno de sus mejores looks de la temporada, si no es el mejor, y ante él solo nos queda reconocer su acierto y alabar su nuevo outfit. Y lo ha hecho para asistir y deslumbrar en la entrega de los galardones de The Oranje Fonds, que premian a tres proyectos sociales diferentes, celebrada este año por culpa del coronavirus de manera virtual.

Radiante, sonriente, feliz y derrochando estilazo con un look fantástico, así se ha plantado Máximaen esta entrega de premios virtual. Apostando por un total look de color rosa en una tonalidad poco común de su vestidor, ni el fucsia, ni el nude empolvado al que nos tiene acostumbrados, para rendirse ante el rosa Barbie gracias a este dos piezas de Natan, su marca de cabecera.

Se trata de un blusón de corte oversize con el cuello camisero, escote en pico y mangas tipo murciélago confeccionado en crepé, metido únicamente por delante dentro de un pantalón sastre en el mismo color y tejido de pernera ancha y bajo acampanado. Como te hemos señalado, ambas piezas, la blusa por 475 euros y el pantalón por 285 euros, son de Natan.

La argentina completa el outfit de Natan con una ristra de accesorios impecables que ponen el broche de oro a su total look rosa. Como joyas, la argentina ha rescatado de su colección un collar corto de perlas con tres vueltas rematadas en una maxiflor rosa, la misma que luce en sus pendientes, a juego con el colgante.

Para el resto de complementos, Máxima se ha decantado por un tono de rosa pálido que tiñe su bolso en forma de cartera de mano y sus salones, por cierto, los dos confeccionados en ante, y también el fular que lleva en la mano. ¿El resultado? Una Máxima de Holanda de matrícula de honor que por fin vuelve a enamorarnos con un estilismo digno de las grandes prescriptoras de moda.