Ernesto de Hannover: dos nuevos nietos y una tensa relación con sus hijos

Alessandra de Osma y Christian de Hannover se convertían en padres de mellizos hace solo unos días. Lo hacían, según la revista 'Caras' de Perú, en un hospital a las afueras de Madrid y en compañía de Liz Foy, la madre de Sassa, quien pasa algunas temporadas en nuestro país con la pareja y que no ha querido perderse el nacimiento de sus nietos. Una relación muy diferente a la que Nicolás y Sofía, como se llaman los pequeños, van a tener con su abuelo paterno, Ernesto de Hannover, quien está completamente desaparecido -al menos mediáticamente- y no se habla con ninguno de sus hijos.

Con el mayor, Ernesto Jr., el asunto está incluso solucionándose en los tribunales. Padre e hijo no se dirigen la palabra desde que el joven decidiera vender al Estado una de las preciadas posesiones de la familia, el castillo de Marienburg. Lo hizo por el módico precio de un solo euro, con el objetivo de que el Gobierno alemán se hiciera cargo de la costosa reforma. El joven ya había tenido que subastar algunas de las propiedades que su propio padre le donó en 2004, cuando se dedicaba a la vida contemplativa monegasca. Su hijo mayor tuvo que tomar las riendas de las cuentas y limpiar un poco las finanzas. Pero la maniobra con el castillo de Marienburg hizo montar en cólera a Ernesto sénior, que escribió una carta al Gobierno de la Baja Sajonia para paralizar la transacción, que ahora se está decidiendo de forma legal, en un proceso en el que Carolina de Mónaco, aún casada con el príncipe, tomó partido por su hijastro. Una posición que obedecía a su intención de proteger la posible herencia de su hija.

La relación con Christian parecía algo mejor y la prueba era que Ernesto de Hannover estuvo invitado a la boda religiosa que celebró en Lima. Pero parece que su comportamiento en el gran día de Alessandra de Osma no fue el más adecuado, lo que motivó que tuviera que ser ingresado de urgencia. Aunque en un principio se trató ante los medios como una indigestión, parece su malestar se debió al alcohol, una de las grandes debilidades del príncipe alemán. Desde entonces, no se ha vuelto a ver una imagen de padre e hijo juntos, mientras sí hay constancia de cómo Christian comparte jornadas y reuniones familiares con los padres de su mujer en Madrid.

La relación con Alexandra, la única hija que nació de su matrimonio con Carolina de Mónaco, tampoco es especialmente estrecha. La joven vive a caballo entre París, Berlín y el Principado de Mónaco, y podría suponerse que visita a su padre cuando está en Alemania. Pero, aunque Alexandra se deja ver habitualmente con su madre, han pasado más de dos años sin que haya una imagen gráfica de padre e hija, dando pie a que la relación entre ellos parezca inexistente. Mientras, sí hay constancia de cómo la princesa comparte tiempo con sus hermanos y cuñadas.

Se podría pensar que los mellizos de Sassa y Christian pueden ser el bálsamo para suavizar las cosas entre el príncipe alemán y su segundo hijo. Pero, sin ir más lejos, el nacimiento del primer hijo varón de Ernesto júnior, hermano mayor de Christian, hace ahora un año y medio, no hizo sino empeorar las cosas entre ellos. Aunque la tradición familiar marca que tendría que llamarse como su padre y su abuelo, no fue así. Según la publicación alemana 'Bunte', el exmarido de Carolina de Mónaco se habría negado a reconocer a su nieto como heredero de la casa Hannover y a que llevara su nombre, así que tuvieron que conformarse con llamarle Augusto. Así pues, viendo los antecedentes, no parece muy factible a día de hoy que Nicolás y Sofía consigan que se limen las asperezas entre ellos.