Estelle y Oscar, protagonistas involuntarios del cumpleaños de Victoria de Suecia

Como cada año, el palacio de Solliden, residencia veraniega de la familia real sueca, ha acogido la celebración del cumpleaños de Victoria de Suecia. Una celebración que este año ha sido muy atípica por las restricciones marcadas por el coronavirus. A causa de los problemas que ha provocado la pandemia, la heredera sueca no ha podido contar este año con la compañía de la princesa Magdalena, a la que ha sido imposible viajar desde Estados Unidos, ni tampoco con sus padres, que tienen un papel importante en los festejos, ya que suele ser el rey Carlos Gustavo el que da el pistoletazo de salida a la jornada, entonando la versión sueca del 'cumpleaños feliz'.

Ahora bien, hay cosas que nunca cambian. Y aunque quizá no es el cumpleaños que Victoria hubiera esperado, su sonrisa permanece inalterable. Claro que tiene motivos. Y es que ha estado acompañada de las otras tres personas más importantes de su vida: su marido, el príncipe Daniel, y sus dos hijos, Estelle y Oscar. Y, como es habitual, los dos niños le han robado el protagonismo a su madre, sin poder evitar atraer toda la atención de las cámaras. Aunque el foco debería estar en la cumpleañera, los dos pequeños príncipes son la gran atracción de los medios en cada una de sus apariciones, y en la jornada de este martes no ha sido diferente.

Así, los cuatro han posado en los jardines del palacio de Solliden, en una curiosa imagen, ya que los niños parecían dos pequeños clones de sus padres. Por un lado, la princesa Estelle, quien ha compartido estilismo con su madre. Ambas han lucido un vestido en color blanco salpicado de flores, un estilo al que Victoria parece haberle cogido el gusto últimamente. Por otro lado, Oscar iba bien repeinado, de forma muy similar a la inalterable imagen que durante todos estos años ha lucido el príncipe Daniel en todas su apariciones públicas. El pequeño, además, iba vestido de 'mayor', con una elegante camisa.

Victoria ha tenido que conformarse con este posado, ya que de nuevo la pandemia ha hecho que sea una cita sin público, para minimizar el riesgo de contagio. No ha habido saludos de la gente ni los numerosos regalos que cada año le entrega la multitud que se acerca hasta la entrada del palacio para felicitarla. Las únicas tradiciones que se han mantenido han sido las salvas en su honor a las 12 de la mañana, además del concierto solidario que en esta ocasión también ha sido especial. Es habitual que dejen a los más pequeños en casa para disfrutarlo a solas, pero este año se ha unido a ellos la princesa Estelle, realizando así su particular debut en esta cita. Un motivo más para ser la protagonista de la jornada.

La única capaz de hacer algo de sombra a la debutante Estelle fue su tía, la princesa Sofía, más que nada por el vestido que lució, con un estampado tipo porcelana de la firma Andiata Sinne. Ella y Carlos Felipe fueron los único miembros de la familia real que pudieron acompañar a Victoria en su gran noche, junto con algunos ilustres invitados cuidadosamente escogidos, como el pertiguista Armand Duplantis, que compartió con la heredera la primera fila para disfrutar del concierto.