¿Últimas horas del rey Juan Carlos en Zarzuela? Cronología de un pulso
La presión al rey Felipe para que tome una decisión sobre su padre es ensordecedora. El antiguo monarca permanece en el palacio madrileño, de donde solo ha salido para ir al médico
La idea de un rey Juan Carlos codicioso, observando cómo se desliza por el contador mecánico de billetes un fajo tras otro del dinero recién traído de Suiza, comprobando que no falte nada, en su despacho del palacio de la Zarzuela, es una imagen insoportable. Las informaciones que están publicando estos días El Confidencial y otros medios, narrando cómo Juan Carlos de Borbón presuntamente trasladó por medio de terceros una auténtica fortuna entre países, sin tributar por ello, anudan poco a poco el lazo al cuello del antiguo monarca y, por ende, de su hijo Felipe. El actual Rey ha de tomar una decisión, según palabras del Gobierno, que está ejerciendo estos días una presión ensordecedora sobre Su Majestad, y el tiempo apremia.
El Gobierno confía en que haya una decisión inminente, según avanzó El Confidencial. De momento no hay noticias de Zarzuela, aunque a nadie se le escapa que Magnolias, la 'oficina' del palacio, debe de estar ardiendo en estos momentos. Altos cargos de allí y miembros del núcleo más cercano a Pedro Sánchez llevan meses trabajando en el divorcio de Felipe VI y Juan Carlos I y en cómo ese divorcio debe traducirse. Hay quien considera que el antiguo monarca no puede seguir viviendo en Zarzuela a expensas de los españoles, pero está por conocerse qué pasará con el título y cómo se llevará a cabo esta salida. Juan Carlos puede estar viviendo sus últimas horas en el palacio de la Zarzuela.
Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Si hay una fecha que podemos señalar en el calendario como origen de la fractura, esa es el 5 de marzo de 2019. Aquel día llegó una carta a Zarzuela, un sobre procedente de un despacho de abogados en el que se informaba al rey Felipe de su designación como beneficiario de la Fundación Lucum y se le invitaba a una suerte de negociación. Zarzuela respondió con otra carta de vuelta a los letrados londinenses arguyendo, entre otras cosas, que no tenía conocimiento de tal fundación. Pero además hizo otra cosa. El 12 de abril de 2019, ante notario, el rey Felipe se 'cubrió las espaldas' y renunció a la herencia del antiguo monarca. También informó al Gobierno.
Los españoles no lo supimos hasta casi un año después, el 15 de marzo de 2020, cuando Zarzuela decidió hacerlo público tras la publicación de varios reportajes en la prensa extranjera que daban a conocer la existencia de esta fundación panameña con un saldo millonario y de la Fundación Zagatka. Mediante un contundente comunicado, ante un país atónito tras decretarse el estado de alarma por la pandemia, el Rey hizo pública la ruptura con su padre.
Más que un gesto
Fue un golpe de efecto, aunque en realidad era (entiéndase) puro 'marketing'. La renuncia del Rey a la herencia de Juan Carlos de Borbón no tiene efecto alguno en el ordenamiento jurídico español. También le retiraba su asignación anual, aunque en términos prácticos tampoco eso significaba mucho para el Rey emérito. De hecho, a día de hoy sigue viviendo del Estado al residir en Zarzuela con sus necesidades vitales cubiertas. Además, cuenta con un despacho propio habillitado en el Palacio Real de Madrid y una escolta sufragada por Interior.
Pero la realidad es tozuda y lo que en un principio pareció un cortafuegos formidable, pronto se quedó en nada. Las informaciones se fueron publicando día tras día, la investigación del fiscal Yves Bertossa en Suiza fue avanzando a pasos agigantados, la señora Larsen preparando una ofensiva legal en Londres (el próximo capítulo), y lo que es peor: la Fiscalía del Tribunal Supremo anunció a principios de junio que comenzaba una investigación por su cuenta. La ciclogénesis monárquica exigía algo más que un gesto.
El pulso tomó velocidad la semana del 8 de julio. Ese día, el presidente del Gobierno se salió del carril habitual del Ejecutivo al entrar a valorar en una rueda de prensa las informaciones que se estaban publicando sobre Juan Carlos de Borbón. Ante el primer ministro italiano Giuseppe Conte, Pedro Sánchez dijo que eran noticias "inquietantes, que nos perturban a todos": "A mí también".
Al día siguiente, el rey Juan Carlos hizo lo único que podía hacer dada las circunstancias: defenderse a través de su entorno. En un extenso artículo publicado en 'El Mundo', los amigos del antiguo monarca afirmaban que no había cobrado comisiones del Ave, que quizá sí había cometido el error de no tributar sus ganancias, y que en las informaciones que se estaban publicando se mezclaban "verdades y mentiras". "Nadie paga a un lobista tanto dinero tres años antes de que se adjudique el contrato", señalaban. También acusaban la soledad de Juan Carlos, al que la Casa del Rey "ha dejado a su suerte". "No puede hacer nada, ante el juicio público está inerme; un rey no puede salir a hablar en las televisiones".
Juan Carlos ha permanecido en Zarzuela todo este tiempo, por el coronavirus y por la crisis institucional. Solo ha salido para ir al médico como un forajido, de noche, a un chequeo en la clínica La Zarzuela. Su hermana la infanta Margarita dio más detalles cuando los reporteros la interrogaron después del contundente comunicado del rey Felipe, en marzo. "No sé nada, y mira que antes de ayer estuve yo andando por Zarzuela, que me dijeron que fuera. De esas cosas no hablamos mucho, se le olvidaría", contó. "Como estaba Carlitos -su nieto, hijo de María Zurita-, no bajó siquiera, porque decía que no se podía acercar a nosotros porque somos transmisores".
"Todo depende de la decisión de Felipe VI y de la cooperación de Juan Carlos I, solo por esa circunstancia se retrasaría el anuncio de la decisión", se leía en El Confidencial este fin de semana. Pasan los días y el Gobierno ha redoblado la presión para que el rey Felipe mueva ficha. La ministra portavoz, María Jesús Montero, lo afirmó abiertamente este mismo martes cuando dijo que la pelota estaba en el tejado de la Casa del Rey: "El Gobierno celebrará todas las medidas pasadas y las futuras que se puedan impulsar para que se incremente la transparencia o se garantice la ejemplaridad de la Jefatura del Estado respecto al desarrollo de sus funciones". Ayer, miércoles, fue el ministro de Justicia quien reconoció que "hay preocupación" en el Ejecutivo sobre lo que está pasando con la Corona. También se difundió incluso un teletipo de Efe que enfatizaba en el titular el "silencio" de Zarzuela ante la que estaba cayendo.
"Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir". Parece que ahora ya no bastará con eso.
La idea de un rey Juan Carlos codicioso, observando cómo se desliza por el contador mecánico de billetes un fajo tras otro del dinero recién traído de Suiza, comprobando que no falte nada, en su despacho del palacio de la Zarzuela, es una imagen insoportable. Las informaciones que están publicando estos días El Confidencial y otros medios, narrando cómo Juan Carlos de Borbón presuntamente trasladó por medio de terceros una auténtica fortuna entre países, sin tributar por ello, anudan poco a poco el lazo al cuello del antiguo monarca y, por ende, de su hijo Felipe. El actual Rey ha de tomar una decisión, según palabras del Gobierno, que está ejerciendo estos días una presión ensordecedora sobre Su Majestad, y el tiempo apremia.