Los Reyes en Navarra: los descuidos de doña Letizia y un regalo fallido

'Si hoy es martes, esto es Bélgica' es el título de una película de 1969 que contaba cómo un grupo de turistas recorría siete países europeos en apenas 18 días, a un ritmo frenético. Pues eso es, salvando las distancias, lo que pueden pensar los reyes Felipe y Letizia por las mañanas: "Si hoy es día 27 de julio, hoy toca Navarra". Y es que son ya 14 las comunidades autónomas que han visitado en la gira que están haciendo por todo nuestro país y de la que solo van a quedar fuera las ciudades de Ceuta y Melilla, para evitar problemas con Marruecos.

Así, este lunes a las 11 de la mañana llegaban a Navarra, concretamente a la localidad de Cizur Menor, donde han visitado el centro Ramón y Cajal de la Asociación de Parálisis Cerebral. Y, como ha sucedido en alguna visita más, su presencia en la comunidad ha causado división de opiniones, ya que para algunos ha sido muy satisfactoria mientras que otros la han rechazado de pleno, recibiéndoles con banderas republicanas y algunas manifestaciones contrarias a la monarquía. Pero, eso sí, los que estaban felices con su visita lo han hecho notar y bien, aplaudiéndoles a su llegada al centro durante más de dos minutos, consiguiendo tapar los pitidos y proclamas republicanas.

Una pequeña ha compartido protagonismo con los reyes Felipe y Letizia en el centro Ramón y Cajal. La niña ha ido a saludarles y les ha contado que tenía preparadas unas flores para ellos, pero no ha podido dárselas, para su disgusto. Si ya es de por sí difícil que cualquier persona pueda entregarles algo de forma espontánea, las restricciones impuestas lo hacen aún más complicado. Por eso, una persona del equipo de protocolo se ha llevado el ramo para entregárselo más tarde, dejando a la pequeña con la miel en los labios y sin poder realizar ella misma la entrega que tanta ilusión le hacía.

No ha sido la única curiosidad de la jornada. Y es que la naturalidad de Letizia ha sido una de las grandes protagonistas. No solo por su cabello, cada vez más poblado de canas, sin que a ella parezca preocuparle -más bien todo lo contrario-, sino porque no ha podido evitar en más de una ocasión establecer contacto físico con las personas con las que hablaba. Empezando por la pequeña que acabamos de mencionar, quizá en un pequeño gesto de consuelo por el disgusto, y continuando con Carolina Darias, ministra de Política Territorial. La Reina siempre ha confesado ser muy 'tocona' y, aunque intenta evitarlo actualmente para guardar la distancia social marcada por el coronavirus, en ocasiones le puede su espontaneidad.