Urdangarin, expuesto al coronavirus: test PCR de urgencia y un mes sin voluntariado

El coronavirus ha vuelto a afectar a Iñaki Urdangarin de pleno. Si durante el estado de alarma, el marido de la infanta Cristina ha sufrido el doble confinamiento por estar preso en una cárcel de mujeres, ahora, con sus salidas para realizar el voluntariado en el Hogar Don Orione, el exduque de Palma podría haberse expuesto al virus. Por este motivo, Urdangarin se ha sometido a una prueba PCR de urgencia: en el centro en el que ‘trabaja’ ha habido un brote. Tal como ha avanzado este lunes TVE, programa en el que se ha infirmado de que el exduque de Palma espera desde el viernes los resultados de la prueba.

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El cuñado de Felipe VI está pendiente del resultado del test de coronavirus desde el pasado viernes, cuando se le practicó una PCR al confirmarse el citado brote en el Hogar Don Orione. Según ‘La Mañana’, programa matutino de la televisión pública, en el centro hay al menos 10 contagios de coronavirus.

Esta situación complica las salidas de Urdangarin de prisión. Lo avanzaba Olivia Garófano en Look: el foco detectado entre los residentes de Don Orione ha provocado que, por ahora, Urdangarin no pueda volver a sus trabajos sociales hasta por lo menos dentro de un mes, tal y como confirman fuentes del centro.

Sin salida

Parece que las malas noticias caen sobre Urdangarin como una losa. Porque hace unas semanas, la dirección general de Instituciones Penitenciarias denegaba el tercer grado al marido de la infanta pese a tener un informe favorable de la Junta de Tratamiento de la prisión de Brieva.

Lo conocíamos a principios de este verano, cuando la Junta de Tratamiento de la prisión emitió un informe en el que aceptaba la petición de Urdangarin de obtener la semilibertad. Interior denegaba esta posibilidad, decisión contra la que cabe recurso.

La vida de Urdangarin en prisión se ha endurecido mucho más de lo que él nunca imaginó. Se había preparado psicológicamente para estar encerrado durante meses pero no pensaron que la pandemia le encerraría todavía más, sin posibilidades de disfrutar siquiera de sus permisos penitenciarios. Ahora que el estado de alarma había terminado, las salidas para realizar el voluntariado se habían convertido en una bombona de oxígeno que se ha vuelto a cerrar.